Otra NOVEDAD en la basílica de San Pedro, una tras otra.
Informan que inauguran un “espacio de escucha”. No son confesionarios (¿para
qué si nadie se confiesa?).
Dice la nota:
“Como señalan los responsables, se trata
de un espacio abierto a todos y destinado a ofrecer un momento de encuentro y
reflexión espiritual. No se va a recibir un sacramento, sino a hablar de lo que
a uno le preocupe, y no necesariamente con sacerdotes, porque en el espacio de escucha
también puede haber una religiosa o un laico. Esta innovación, señala Giacomo Galeazzo, periodista de La
Stampa, estaría en consonancia con la importancia de la escucha en el
magisterio tanto del Papa Francisco como de León XIV”.
https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=53787
Vamos a entrar al “espacio de escucha”:
YO: Buenas.
EL ESCUCHADOR: Buenas tardes. Lo escucho.
YO: ¿Me escucha bien?
EL ESCUCHADOR: Sí, muy bien.
YO: ¿Puedo hablar de lo que quiero?
EL ESCUCHADOR: Claro, es un espacio de escucha.
YO: ¡¡¡Tucho Fernández es un h.d.m.p. y los que lo
consienten unos anticristos!!!
El escuchador cambió de pronto su sonrisa
escuchadora por un gesto de pepinillos en vinagre, saltó sobre su cómoda
butaca, y pegó un grito en San Pedro: ¡Acá no escuchamos esas cosas!
YO: Pero, ¿no es un espacio de escucha?
EL ESCUCHADOR: Esta entrevista ha terminado, ¡acá no
hay espacio para retrógrados preconciliares tradicionalistas lefebvrianos!
¡Váyase o llamo a la guardia suiza!
YO: Gracias por escucharme decir que Tucho es un
h.d.m.p. y lo que sigue…
EL ESCUCHADOR: ¡Horror, horror! ¡Que me desmayo!
Visto que ya no nos iban a escuchar más, decidimos
salir del espacio de escucha.
La verdad que preferimos el cono del silencio.
