EXCLUSIVO DE CRM: EL MARTIROLOGIO ECUMENICO – SEGUNDA PARTE
FEBRERO
4-En Pakistán, San Ananda Rupananda Qurwani, mártir.
Profesor de religiones comparadas, asistió al Congreso Internacional de las
Religiones Hermanas en Asís. Mientras ingresaba a la Basílica donde se
realizaban los encuentros, se le acercó un sacerdote de sotana y lo increpó con
dureza. Qurwani sufrió entonces un paro cardiorrespiratorio a causa del
disgusto. Camino del hospital, perdonó a su intolerante agresor, que fue
apaleado por una fervorosa multitud de pacifistas.
14- En La Guita, Buenos Aires, Beata Carlota Holms de
Botazzi, confesora. Dirigente social, fundadora de la “Asociación Tías de la
Plaza de Mayo”. Adalid de los Derechos Humanos, es recordada por su testimonio
en los juicios llevados a cabo en el retorno a la Democracia.
28-En Roma, Santa Marta Bergolia. Religiosa
progresista y ecuménica de la congregación de las Hermanas Florentinas, virgen
y confesora. Su sentido de la solidaridad la llevaba a dar siempre el primer
paso. Prefería una Iglesia accidentada a una Iglesia con olor a naftalina. Así
fue ella quien se ofreció a dar ejemplo para con los timoratos, al recibir antes
que nadie la vacuna Pfister. Lamentablemente murió de un infarto fulminante poco
tiempo después. Reza su lápida en la Iglesia San Pablo VI: “Es mejor morir
vacunada que vivir contagiada”.
MARZO
2-En Nepal, el Lama San Rikhan, antiguo maestro de
sabiduría oriental, Premio Nobel de la Paz, mártir. Su amor por la Casa Común
era extremado. Jamás pisó una hormiga, y cuando debió caminar por el césped lo
hacía desnudando sus pies en una ceremonia ritual, pidiendo perdón a cada paso
que cuidadosamente concertaba. En sus últimos años fue acusado por
conspiracionistas de intimar con niños de corta edad. El Lama, aceptando
impasible los denuestos, ofreció todo por el bien y la paz del Planeta, pues
sabía que perder los estribos significaba alterar el tan delicado equilibrio
ecológico. Murió de forma impensada: un mosquito nepalero salvaje introdujo su
poderoso aguijón en medio de su ano, mientras el Lama estaba llevando a cabo
una ceremonia ritual con un monje. Este último tomó cuidado de no olvidar su
última palabra: “Pica”.
14-En Louisiana, EUA, Beato Padre Silvestre Degastri,
confesor, de la Diócesis de Katrina. El amor del prójimo llevaba al P. Degastri
a comprender y consolar a todos los marginados de la sociedad. Particularmente
sensible con aquellos marginados por su sexualidad o género, Degastri no dudaba
en consolar a los rechazados. En una de estas consolaciones contrajo una
enfermedad venérea que lo redujo a una piltrafa. Lejos de renunciar a su fe
ecuménica, ofreció sus sufrimientos por la paz universal y la bio-diversidad.
Se lo conoce como el Santo de la Diversidad.
20-En Buenos Aires, San Mordejai Kaplan, rabino,
mártir. Conocido como “el amigo del Cardenal”, toda su empeñosa vida fue
ejemplo de entrega absoluta a la causa de la hermandad entre las religiones.
Por ese motivo creyó necesario acumular capital suficiente con que financiar
todas las iniciativas ecuménicas posibles. Bien ubicado en el mercado de
video-films y revistas para adultos, que con entera libertad producía en pro de
una libre decisión democrática, no obstante, una turbia conspiración se cernió sobre
él, debido a que su influencia benéfica sobre el Cardenal Jorge Mario
Lampeduzza –sin dudas papábile- podía hacer triunfar la causa de la hermandad
universal. Así fue como la estafa, la ignominia, la persecución judicial y
hasta la hostilidad de algunos medios periodísticos alternativos, mancharon su
prestigio y, peor aún, hicieron descender sus ganancias, al punto que debió
abandonar su empresa. A tanto llegó la persecución que Mordejai terminó
abandonando la sinagoga. Murió en circunstancias aún no del todo claras, en la
habitación de un motel del barrio de Almagro, en compañía de una mujer que
había conocido laboralmente. A su lado se encontró una caja de un medicamento
llamado “Viagra”, que habría confundido con las pastillas de eucaliptus que
solía consumir. El Cardenal pronunció su panegírico el día del sepelio en La
Tablada: “Fue un hombre de bien”, sentenció, “del que he aprendido mucho. Lo
voy a extrañar”.
ABRIL
4-San Joao Gilberto Ribeiro da Fonseca, obispo
brasileño, mártir. Ribeiro da Fonseca tuvo una destacada participación en el
Sínodo Sinodal de la Sinodalidad, junto al pueblo de su Diócesis. Proclamó en
voz alta (cuando los micrófonos no funcionaban) la horizontalidad democrática
de la verdadera Iglesia. Como Teólogo experto en la “Teología do Povo” supo
vivir lo que enseñaba. Vivía como pobre entre los pobres, acompañado de su
barragana a la que llamaba cariñosamente “meu aparecida”, en una favela de Rio
de Janeiro. Ese fue el escenario de su trágica muerte, a manos de un celoso ex
amante de la compañera de su vida. La aguda faca
del agresor le dibujó una sonrisa en su voluminoso abdomen, dejando caer sus
vísceras en el barrial de una lluviosa noche de carnaval. Posteriormente se
descubrió que el sujeto agresor era de ultraderecha, ya que había votado dos
veces por Jair Messias Bolsonaro, por lo que investigaciones más exhaustivas
determinaron que Don Joao Gilberto murió en verdad por odio a la fe en el
pueblo. Una rúa de Rio y otra de Brasilia fueron inmediatamente bautizadas con
su nombre.
7-En Nimes, Francia, Beato Padre Jean-Luc Turronamur,
IMBP (Instituto del Muy Buen Pastor), confesor. Celoso custodio de las
directivas siempre nuevas de la Iglesia, consciente de que de ese celo dependía
la pujanza de la Iglesia como parte integral de la Ecumenicidad mundial, el P.
Turronamur fue el encargado por la Conferencia Episcopal Europea de velar por
la aplicación armoniosa de las directivas emanadas del Sínodo de la
Sinodalidad. Fue un gran esclarecedor del pueblo contra las insidias de los
retrógrados, ultramontanos e integristas que aún perduran en diversos rincones
de Francia. Fue su intrepidez al servicio de las Iglesias Ecuménicas la que lo
llevó a su fatal desenlace. Sabido de que un grupo de nostálgicos indietristas
(también conocidos como “lefebvristas” o “de la Resistencia”) planeaba celebrar
una misa según el ordo perimido y exonerado por Su Santidad, el Padre Jean se
disfrazó de pordiosero a fin de concurrir como testigo y tomar instantáneas del
acto sacrílego. Pero fue descubierto al querer llamativamente –no pudo con su
devoción- comulgar según la normativa vigente y adulta, esto es, en la mano.
Expulsado del recinto ignominiosamente, y ante el peligro de enfrentarse a una
patota de energúmenos descristianizados, debió correr desaforado para salvar su
vida, con tan mala suerte que al cruzar las vías del tren no observó que el TGV
con destino a Paris venía como torbellino por el otro andarivel.
Reza su lápida en el Templo Ecuménico Universal: “Murió
por la Nueva Iglesia”.
MAYO
10-En Cádiz, España, Santa María Julia Albornoz de la
Cueva, “Julita”, mártir. El amor por la Iglesia y el Papa la llevaron desde muy
pequeña a cumplir sus deberes parroquiales. Luego de recibir la catequesis
conciliar, ella misma ofreció su cálida simpatía para catequizar a miles de
niños gaditanos. Particularmente activa se mostró en las “Jornadas Mundiales de
la Juventud”, bailando al son de “Megadeth” junto al Santo Padre. También su
compromiso se extendió hasta ser por varios años ministra de la Eucaristía y
Diácona. Por si fuera poco, también “Julita” logró constituir una hermosa
familia con su pareja Pepa, con quien educaron en la santa religión ecuménica
una niña de origen butanés. Julita murió de manera por demás heroica, cuando al
asistir a una manifestación a favor de los derechos humanos de los animales, en
medio de la fiesta de San Fermín, un toro bravo se la llevó puesta, clavando salvajemente
sus cuernos en el abdomen de Julita, que como últimamente había engordado
demasiado, no pudo esquivar con presteza al agresivo animal.
De más está decir que el animal traidor y
desagradecido fue llevado a faena, aunque debido a las restricciones para el
consumo de carne animal fue ofrecido en holocausto a la Democracia, en una
jornada de homenaje a la heroica Santa Julita.
15-En Berlín, Beata Cintia Grundig, confesora. Joven
activista medio ambiental, luchó infatigablemente contra el Ecocidio, y
particularmente contra la depredación de los ungulados de los bosques
eurocéntricos. Su campaña mundial contra la ingesta del chorizo colorado
adquirió resonancias épicas. Luego de una gira mundial de concientización
vegana, cayó víctima de la fiebre anginal neurovirósica occidental, al regreso
a su ciudad natal. A pesar de haber recibido la cuarta dosis de Pfister, no se
la pudo reanimar y pereció confesando su fe en la Madre Tierra. Su fiesta se
celebra en la Iglesia Sinodal al día siguiente, cuando sus restos fueron
devueltos a la Pachamama.