Los huevos son cuerpos
redondeados producidos por vertebrados ovíparos, utilizados para la alimentación
humana, en especial los de Gallus gallus domesticus o
gallinas.
Los huevos se pueden
consumir solos de las siguientes maneras:
Fritos en diversos medios grasos como pueden ser: mantequillas, aceite de oliva
o en otros aceites vegetales aptos para el consumo humano, también se pueden
freír en aceites animales (especialmente en manteca).
A la plancha en planchas de acero o superficies de teflón antiadherentes
Tortillas, una de las preparaciones más habituales es la tortilla a la francesa
en occidente, la tortilla Española o de patatas o en la variante asiática: la
tamagoyaki de la cocina japonesa.
Revueltos en la que la yema y la clara se coagulan juntas, a veces da lugar a
huevos rotos que se mezclan con otros alimentos
Cocidos con su cáscara durante más de 10 minutos hasta que su contenido se
ponga sólido ('duros'), dentro de este cocimiento están los denominados
'blandos' (cocidos como los duros pero con la yema blanda) y los pasados por
agua (cocidos con cáscara menos de 5 minutos)
Escalfados o Pochados, cocidos en caldo o agua (con vinagre o jugo de limón en el
agua para facilitar la coagulación) sin cáscara.
Al plato o a la cazuela (cocotte) que se cocinan en el horno y sin su
cáscara. Preparados al horno suelen perder un 58% de agua por evaporación.
Crudos. En algunas culturas se comen crudos.
Huevos secos o deshidratados preparación muy típica de la gastronomía de China usada principalmente
para realizar una conserva de huevos: Pidan (huevo de 100 años).
Salmuera en la cocina china se consumen los huevos de pato en salazón.
Encurtidos, en vinagre o pickled eggs. En algunos casos el huevo se ha cocido
previamente y luego sometido a una inmersión en una solución de vinagre con
especias, en estos casos se pueden comer con o sin su cáscara.
Fertilizados en algunas culturas culinarias de Asia comen el huevo con galladura es
decir fertilizado por el gallo, un ejemplo es el balut de indonesia.
Al Horno como pueden ser los huevos a la flamenca.
Finalmente el huevo crudo suele
utilizarse –según algunos manifiestan- para estimular el cuero cabelludo. Este
último servicio es el que se le ofreció -de una manera un tanto intempestiva,
es cierto-, a Domingo Felipe Cavallo, mientras brindaba una conferencia en la
UCA (Universidad “Católica” Argentina).
Debajo, la crónica
periodística:
“Un joven que se arrojó
sobre la humanidad del ex ministro Domingo Cavallo. Tres más que con diversa
puntería le arrojaron huevazos cuyas huellas quedaron estampadas en el piso del
auditorio. El ex funcionario refugiado bajo la mesa de los oradores y, luego,
varias interrupciones con gritos y cánticos anti-buitres y sucesivas
expulsiones de los manifestantes le pusieron un poco de color, y calor, a lo
que fue presentado como una actividad académica por la Universidad Católica
Argentina.
El evento fue convocado
bajo el título “El futuro de la política monetaria. Pensar el fortalecimiento
de la moneda” y los oradores prometían un debate interesante: Domingo Cavallo y
dos ex presidentes del Banco Central, Mario Blejer y Javier González Fraga. En
el auditorio había desde experimentados economistas como Orlando Ferreres hasta
estudiantes.
Antes de que todo
comenzara, y luego de que el moderador, Eduardo Braun, explicara que Blejer no
sería de la partida por un cólico renal que lo dejó varado en Israel, un
joven se abalanzó sobre Cavallo y fue detenido a tiempo por el propio
moderador y algunos asistentes. De inmediato, otros dos o tres jóvenes comenzaron
a tirar los huevos y Cavallo se refugió bajo la mesa. Llegó el
personal de Prefectura y se los llevaron afuera. Uno de los demorados, que
fueron liberados después del evento porque la UCA no quiso denunciarlos,
sostuvo que era miembro de la agrupación Quebracho, actual todo-terreno de
algunos sectores oficiales.”
El criminal Cavallo, ex ministro de gobiernos tiránicos y liberales, traidor
a la patria, responsable de la ruina y hambre de millones de argentinos, agente
de la usura internacional, empleado de Rockefeller, invitado de honor de
una universidad en manos judaicas, se refugia acobardado tras
una mesa.
Nosotros pensamos que no hay que desperdiciar bienes alimenticios en
alguien que precisamente se ha encargado de privar de ellos a gran parte del
pueblo argentino.
Por eso desde aquí enviamos nuestro repudio al susodicho personaje, haciéndolo extensivo a sus acompañantes de mesa y a la plana mayor del gobierno de este pobre país, con
nuestro característico y afectuoso saludo: