Algunos
graznidos extraoficiales ha provocado la buena nueva venida desde Francia para
la Tradición católica, en la Nueva FSSPX. No son muchos, apenas un par de blogs
fanatizados, pues parece que el cacumen no abunda por allí, y más allá de los
sitios oficiales “cincuentistas”, no hay ninguna producción intelectual digna
de interés o profunda atención en la congregación de Mons. Fellay. Apenas, como
decimos, algunas exclamaciones afrentosas y pasionales de baja estofa. Por esto
nos dice un amigo: “no hay que gastar pólvora en chimangos”. Le respondemos que
no nos declaramos cazadores de elefantes o tigres de bengala, pero que tampoco
nos hace falta pólvora en este caso: basta con una gomera, incluso con una de
esas armadas con el rulero y el globito. ¿Para qué mentir o exagerar?
En
fin, gárrulo a la hora de insultar, esta ave de bajo vuelo ofrece desde uno de
estos blogs una nueva vomitona que descubre la afortunada elección del nombre
de la agrupación concertada en Francia por Monseñor Williamson y los Sacerdotes
y Religiosos de la Resistencia Católica. Puesto que continúan la obra de
Monseñor Marcel Lefebvre, tal el nombre: Unión Sacerdotal Marcel Lefebvre. Más
claro no podía ser. Esto les duele.
Pero
a tanto llega la tirria de la avecilla, que en nada fraterna (aunque sea
fraternitaria) actitud, lanza, al igual que lo hiciera en otra ocasión el
negador del deicidio Abbé Bouchacourt, el insulto hacia Monseñor Williamson,
tildándolo “Judas Iscariote”. Con lo cual, por otra parte, indirectamente
estaría afirmando que Monseñor Fellay (o la cúpula de la Nueva FSSPX) sería
Jesucristo, ya que no se concibe uno sin el otro. Si hay un Judas Iscariote
tiene que haber un Jesucristo.
“No es mayor el siervo que su Señor” (San
Juan 13, 16), cita el desdichado volátil danzante. Coincidimos: así como Mons.
Lefebvre fue “excomulgado” por los liberales de la nueva iglesia conciliar,
luego Mons. Williamson ha sido “expulsado” por los liberales de la nueva
Fraternidad liberal. “Os he dado el ejemplo, para que hagáis como Yo os he
hecho”, afirma antes Nuestro Señor. De eso se trata. Y si analogamos con Mons.
Lefebvre, el que ha traicionado ha sido Monseñor Fellay (pueden buscarse todas
las pruebas y ponerse sobre la mesa, empezando si quieren por la declaración
doctrinal del 15 de abril de 2012 hasta hoy). No ha seguido su ejemplo.
Escribió
Ernest Hello que “en la guerra intelectual, tal cual se la practica en la
actualidad, todo el mundo ataca y nadie se defiende. Ya no se trata de
convencer, la esperanza de persuadir no anima ya a la palabra”. En efecto, si
vemos que tantísimas argumentaciones y ensayos se han divulgado por parte de la
llamada Resistencia Católica, con el afán de esclarecer y persuadir sobre la
desgraciada situación de la FSSPX, su contraparte no trata de convencer a
nadie, sino simplemente de perseguir y disciplinar al contrincante.
Pero
más allá de un comportamiento repetido, como es el de hablar siempre en
general, o limitarse a acusar de “cisma y sedevacantismo”, sin nunca dar casos
concretos y fundados de sus diatribas, para sostener sus artículos, hay algo
más interesante, como a veces suele ocurrir, en un comentario de un lector de tal
blog, el cual dice lo que sigue:
“Anónimo8/01/2014
02:33:00 p. m.
Hace tiempo que los fieles nucleados
en la Fraternidad sabemos que no se trata de una cuestión de fe sino de
confianza. Dios escribe derecho sobre las líneas torcidas de los hombres, pero
hay quienes se fueron envueltos en la desesperanza. Sólamente confían en sus
propias fuerzas. Son pelagianos, aunque no les guste admitirlo.
José”
José”
Vemos
allí una nueva muestra del lenguaje ambiguo de la Nueva Fraternidad. Porque
podría interpretarse que se quiere decir que los de la llamada Resistencia no
tienen un problema de fe, sino de confianza en la divina Providencia. Pero si
lo que falla es la confianza es porque flaca es la fe. Quien se confía a Dios
no queda confundido, por lo tanto mantiene la fe, y la protege por sobre todo.
Pero
también podemos ver allí cómo se manifiesta el pensar de muchos que siguen
anclados en la Nueva FSSPX: la fe ha pasado a ser algo secundario. Se trata de
confiar en las autoridades. Confiar en la divina Providencia (¿y acaso no es la
fe la que nos hace agradables a Dios, fruto de la cual es la caridad
verdadera?). Cuanto más ilustre mi fe, más he de confiar en Dios porque más lo
conoceré.
Decía
Mons. Lefebvre:
“Estamos
convencidos, y debemos estar convencidos, que lo que hay en primer lugar, lo
que hay de fundamental en nuestra vida cristiana y en nuestra vida, es la fe.
“¿Por
qué Ecône, por qué la Fraternidad, por qué la resistencia de tantos sacerdotes
y fieles?… para guardar la fe, ya que es el primer mandamiento, y la primera
obediencia que debemos a Dios, por la revelación que nos hizo, la revelación de
su Divino Hijo y de su Encarnación y sus Misterios: Misterio de la Redención,
Misterio de la Resurrección, de glorificación. Es toda una revelación,
revelación que nos es comunicada por Dios. Y ante la comunicación de esta
revelación por Dios, ¿cuál debe ser nuestro primer sentimiento? … obediencia:
yo creo. No puedo hacer otra cosa que creer.” (Conferencia en Ecône, Martes 15
de abril de 1986).
Y
en otro pasaje de la misma conferencia:
“Y
se dice: Monseñor va a hacer cisma… ¿Pero quién hace cisma? … ¡No soy yo! Para
hacer cisma es necesario dejar la Iglesia. Y dejar la Iglesia, es dejar la fe,
en primer lugar. ¿Quién deja la fe de la Iglesia? La autoridad está al servicio
de la fe. Si ella abandona la fe, es ella quien hace cisma. Entonces no somos
nosotros quienes hacemos cisma.”
También
comenta Mons. Straubinger sobre el pasaje citado por el blogger fellaycista:
“El divino Maestro nos enseña con esto la triste pero importante verdad de que
no hemos de confiar imprudentemente ni en el más íntimo amigo, porque, aunque
hoy nos parezca imposible, bien puede convertirse en el traidor de mañana”.
Sí,
en lo que han fallado las autoridades actuales de la FSSPX es en la fe, aunque
digan lo contrario. Es un problema de principios. Y han fallado en la fe porque
han confiado más en las fuerzas humanas que en la Providencia a la que tanto
mencionan. Han aceptado el error, la ambigüedad y la doblez, que no agradan a
Dios.
¡Pobre
Fraternidad Sacerdotal San Pío X! Ya no le preocupa la Fe, sino Fellay.
El Rústico