“Vivamos la milicia del cristianismo con buen humor

de guerrillero, no con hosquedad de guarnición sitiada”.

Nicolás Gómez Dávila

“Estoy inaugurando en la Argentina la literatura anticlericalosa. En todos los países católicos existe y aquí es una vergüenza. Los eclesiásticos, como toda sociedad humana, tienen sus defectos, abusos y ridiculeces y si no existe un contraveneno, el córrigo-ridendo-mores, campan con todos sus respetos, como una murga cualquiera”.

Padre Leonardo Castellani


martes, 29 de julio de 2025

EXCLUSIVO DE CRM - MARTIROLOGIO ECUMENICO - TERCERA PARTE

 



JUNIO

 

 

5- En Zúrich, Suiza, Beato Johnny Willcot, confesor. Oriundo de Nashville, Johnny era un buen deportista y tocaba la guitarra eléctrica. Idealista como era, compuso un tema que inspiró al mundo para obtener la paz y la igualdad: “Imagina un mundo mejor”, el cual dedicó al filántropo Bill Gates. Acompañado de guitarra, armónica y cinco baterías, el tema “Imagina un mundo mejor” dio la vuelta al mundo y se convirtió, junto con el tema “Imagine” de John Lennon, en el himno del Grupo de los 5. Incluso el Vaticano tuvo el privilegio de ver a Johnny cantar su emotivo tema, motivando que Su Santidad dijese entusiasmado: “Este chico tiene la paz en su garganta”.

Willcot cantó por última vez su tema en la cumbre del “Foro Económico Mundial”. Al llegar al aeropuerto para seguir una gira que lo llevaría hasta Ucrania, perdió el conocimiento. Llevado al hospital, dijo estas sentidas palabras: “Tengo sed de Red Bull”, y se fue como un pájaro, remontándose allí donde sus sueños tantas veces lo habían llevado.

De inmediato surgieron voces maliciosas que señalaron que Johnny había recibido hacía poco la vacuna Astra-Selena, pero eso era un verdadero infundio.

Johnny había recibido la Pfister.

 

6- Beato Pavorosso, confesor. Fundador de la Orden de los Hermanos Triglicéridos de Cuernavaca, cultor de la naturopatía vegana. Figura en la vanguardia del combate contra la crisis climática. Como parte del Comité Mundial del Clima, dependiente de las Naciones Unidas, recorrió incansablemente el mundo entero a fin de crear conciencia. En uno de sus viajes al Amazonas, fue víctima de la picadura de una araña reclusa parda, a quien, mostrando una coherencia heroica con su prédica naturalista, prefirió no victimizar.

 

 

JULIO

 

 

23-En Bucaramanga, Colombia, Beata Celia Mecorro, pastora metodista, confesora. Celia era hija del destacado pastor Simón Mecorro Yañez, iniciado en los ritos afro-americanos más depurados. Servidora de su comunidad, Celia casó y enviudó seis veces, logrando a pesar de su infortunio sostener la creciente “Iglesia Evangélica Libre de los Últimos Días”. Su oratoria ágil, diáfana y versátil le permitía discurrir sobre los grandes temas que han tratado los sabios de la Humanidad: Platón, Aristóteles, Confucio, Gandhi, Krhisnamurti, Congar, Hugo Chávez, todos los grandes nombres pasaban por su repertorio, sin olvidar por supuesto al “Obispo del Pueblo” Camilo Chamorro, con quien compartió escenario y colecta (pero no la cama, como dicen maliciosamente sus detractores).

Doña Celia, como era conocida, propugnó siempre la paz, el cuidado del medio ambiente y la democracia. Así pues fue elegida diputada y más tarde Ministra de la Mujer, desde donde fue eyectada al poco tiempo, debido a incompatibilidad de caracteres con su viceministra Yolanda Tocamé.

Su última actuación pública fue en el Sínodo del Encuentro, en Roma, donde Su Santidad le confesó su admiración.

Doña Celia murió de cirrosis hepática, en el Instituto de Recuperación de Alcohólicos Anónimos de Bucaramanga, donde habitualmente iba a internarse por su adicción al aguardiente.

La editorial Sao Paulo de Mello acaba de publicar su hagiografía.

 

27- San Agustín Mire, Cardenal. Si hay algo que no hizo el Cardenal Mire, eso fue balconear la vida. No, él se comprometió y dialogó incansablemente con nuestros hermanos mayores que hasta entonces y por dos mil años se habían sentido discriminados. Su cuerpo fue envuelto en la bandera israelí y arrojado a los cocodrilos en el zoo de Orlando.

 

 

 

AGOSTO

 

 

7-En Londres, Beato Hans Oppenheimeer, confesor. Teólogo refinado, nacido en Rutenburg, profesor durante muchos años en la Universidad de Hamburg, con doctorados en Harvard, Cambridge, Cornell, Princeton, Oxford, Columbia, Paris, Bolonia, Lanús y otras prestigiosas universidades, asesor en el Concilio y en el Sínodo de la Sinodalidad de la Iglesia Sinodal, no obstante su vasto conocimiento, nunca sacó los pies de la tierra y siempre impulsó una iglesia descentralizada, abierta, democrática, inclusiva. Una de sus frases recurrentes era “En una Iglesia libre, el amor debe ser libre”. Cuando se desató el diluvio de críticas contra los sacerdotes que bendecían los matrimonios igualitarios, el profesor Hans alzó valientemente la voz para oponerse. Y no sólo alzó la voz, quiso dar además su testimonio de afecto íntimo y personal a los damnificados.

Oppenheimeer también se manifestó partidario de la libertad de Ucrania contra el opresor tirano ruso. Lamentablemente, cuando empezaron a caer las bombas rusas sobre Hamburg, debió desplazarse más allá de las fronteras germanas, a su confortable apartamento londinense.

El exilio terminó de empeorar la sífilis de la que estaba tratando de recuperarse. Su empleada doméstica pudo escuchar sus últimas palabras, pero al no saber alemán, no ha podido comprenderlas. Está segura de que no dijo: “Rosebud”.

El profesor dejó muchas obras valiosas: “Teología del encuentro cuerpo a cuerpo”, “Hacia una ética universal sin dogmas”, “Bésame mucho”, “Yo y Jesucristo”, “La Iglesia del mañana ya llegó” (con prólogo del Cardenal Tucho González), etc.  

 

17-  En Si-Siang, beato Li-Piu-Chang-Chang, de la Orden de Monjes Cautivados, cuyo monasterio se encuentra en la punta de la montaña “Akatá” de la cordillera tibetana occidental. El beato hizo oídos sordos al barullo estomacal que el hambre le infligía, persistiendo en comer sólo un frijol por día. Murió por una picadura de mosquito varicoso que lo sumió en una fiebre delirante. Sus últimas palabras fueron: “Ay, ay, ay…waign zué pi ká”.

 

 


 

SEPTIEMBRE

 

 

1-En Venecia, San Luisito Mangle, cardenal, confesor. Nació en Manila, Filipinas, en el seno de una familia humilde y trabajadora, católica conciliar y ecuménica, su padre vendía periódicos y Luisito lo ayudaba repartiéndolos en una moto Gillera. Aprovechaba los viajes para difundir la palabra de Dios siempre con una sonrisa, siempre constante. Uno de sus viajes lo llevó hasta un edificio que no conocía. Allí le pedían siempre “La Nación diario” o el “Página 12”. Se hizo amigo del recepcionista, con quien intercambió saludablemente ideas acerca de la libertad, la igualdad y la fraternidad, temas que apasionaban a Luisito. Finalmente comprendió que si quería llegar más lejos con su palabra debería seguir el consejo de su amigo. Así fue como el futuro cardenal Mangle ingresó en la Logia Fraternidad Constante de la Masonería del Rito Escocés Aceptado.

Sus grandes virtudes cívicas y su caridad a toda prueba hicieron que Luisito escalara posiciones en la Iglesia: Obispo, Cardenal, Jefe de Dicasterios, hasta Secretario de Estado. Incluso era firme candidato al papado, cuando fue injustamente involucrado en una turbia estafa del Banco Vaticano. De pronto, la perenne sonrisa del Cardenal Luisito desapareció en un mar de angustias. El Santo Padre se vio obligado a hacerlo a un lado, nombrándolo Arzobispo de Venecia, pero Luisito ya había caído en desgracia. Una sobredosis de antidepresivos lo trasladó al hospital central de la ciudad. La Iglesia se unió en oración. Pero el Cardenal Luisito era de salud frágil, y sucumbió, trasladándose a la Casa del Padre.

No obstante ciertas reticencias periodísticas, Luisito no tardó en hacer su primer milagro: el Santo Padre no podía arrodillarse, pero le rezó con fe a Luisito y entonces sus rodillas volvieron a funcionar. Esto sucedió en su tan importante visita a la Sinagoga de Colonia.

 

3- Alfredo Chozas, dirigente social. Autor del famoso tema “Sólo te pido a vos” dedicado a Francisco, que hiciera famoso la versión del cantante latino Rodomel Aldope. Murió en un revolcón automovilístico, debido a un revival de la inquina militar de los años 1970.



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