Mucho
es lo que se puede decir acerca y a partir de la obra más conocida de Giovanni
Guareschi. Tanto que tal vez sería mejor dejar al lector que la descubra por sí
mismo, por la sencilla razón de que la Literatura encuentra el comienzo de su
justificación en quien la lee y no en la crítica literaria. Por ello preferimos
dejar que, pese a los muchos valores que pueden enumerarse en este caso
concreto, la obra sea leída sin análisis en ese sentido y vamos a atrevernos a
destacar un elemento al parecer marginal, pero con todo esencial, de este
delicioso relato.
Como
resulta perfectamente claro, el autor poseía un lenguaje descarnado y preciso,
pero lleno de jugosa expresión. Y es con ese estilo que lo caracterizaba que
Guareschi ensayó, medio en broma pero muy en serio, nada menos que una teoría
de la Historia. Lo esencial de la mentada teoría se encuentra apenas
transitando las primeras páginas y sustenta toda la obra. Limitémonos a repetir
con él como está expresada: “...los
hombres no hacen la Historia, sino que la soportan...y un día el Buen Dios se
cansa y mueve la última falange de su dedo meñique y todo salta por los
aires...”. Porque el hombre, según Guareschi, en su afán loco por poseer y
fabricar, construye un mundo en equilibrio inestable, que no se sustenta en
dar gloria al Señor sino en glorificarse a sí mismo.
Si
ésta no es toda una teoría de la Historia —por lo menos “in actu exercito”— no sé dónde podemos encontrar una. A pesar de la
aparente contradicción en los términos de la primera frase del autor, es fácil
descubrir en lo que sigue que Guareschi encontró la única elaboración sensata
que puede hacerse en cuanto al sentido de lo que hablamos. Porque si los
hombres no sabemos descubrir como Don Camilo, porque lo hemos olvidado, cuándo
el Cristo está contento o enojado, es inútil toda ciencia y toda filosofía y
cuanto construyamos hará que la Historia tenga que ser soportada, por cuanto
habremos subvertido la Historia de la Salvación y la habremos transformado ¿o
la hemos transformado ya? en la Historia del Pecado.
Clara
Falcionelli. Revista Moenia Nº 1, Bs.
As., Marzo 1980.