Cómo declarar el amor a una mujer
por el Profesor Pizzapardo
¿Es usted tímido o vergonzoso?
¿Se le atragantan las palabras?
¿No sabe qué decir?
¿Se le atragantan las palabras?
¿No sabe qué decir?
No se haga problema. Hágala simple. Siga mi consejo.
Con voz aterciopelada y mirada a punto de caramelo, repita la frase cuantas veces sea necesario.
Si su amada no le contesta es porque no entiende inglés.
Importante: espere a que su Amada haya vaciado su taza de té, café o chocolate y deglutido su pedazo de torta o bay-biscuit, ya que estas palabras se recepcionan mejor con el estómago lleno que vacío.
Hasta que llegue el momento de decir las palabras mágicas (que habrá aprendido previamente de memoria), por nada del mundo le hable a su Amada de fútbol, de carreras de autos, de sus dolores de pies ni menos que menos critique las últimas medidas económicas del gobierno. Tampoco presuma de sus conquistas amorosas (ella sabe que usted es un perdedor). Recurra en cambio a su memoria emotiva, a su infancia enternecedora, allá en su pueblo, esto sin abusar ni llegar hasta las lágrimas.
Finalmente, no carraspee antes de lanzar la frase, haga que ésta surja simplemente como el agua límpida que llega desde un remoto manantial perdido en las cumbres nevadas de los Andes.
Prof. Pizzapardo.
Importante: espere a que su Amada haya vaciado su taza de té, café o chocolate y deglutido su pedazo de torta o bay-biscuit, ya que estas palabras se recepcionan mejor con el estómago lleno que vacío.
Hasta que llegue el momento de decir las palabras mágicas (que habrá aprendido previamente de memoria), por nada del mundo le hable a su Amada de fútbol, de carreras de autos, de sus dolores de pies ni menos que menos critique las últimas medidas económicas del gobierno. Tampoco presuma de sus conquistas amorosas (ella sabe que usted es un perdedor). Recurra en cambio a su memoria emotiva, a su infancia enternecedora, allá en su pueblo, esto sin abusar ni llegar hasta las lágrimas.
Finalmente, no carraspee antes de lanzar la frase, haga que ésta surja simplemente como el agua límpida que llega desde un remoto manantial perdido en las cumbres nevadas de los Andes.
Prof. Pizzapardo.