Ven muchas cosas malas, pero no ven lo
peor. Al llegar al Concilio cierran los ojos, no vaya a ser cosa que se vuelvan
“lefebvristas”. Son la Línea media: tuertos que guían a otros tuertos. Agueres,
Saenzs, Baseottos y otros “próceres” que mantienen a gente muy valiosa a mitad de
camino, permitiendo que el SIDA
espiritual (Mons. Lefebvre dixit) del modernismo avance ante sus narices. El
nacionalismo, el espíritu de grupo, como ocurre ahora en la Nueva FSSPX, los
detiene ante la realidad. Y al final se contentan con ese grado de pertenencia
a una “élite” que se congrega alrededor de conferencias y presentaciones de
libros, para confortarse mutuamente, y quizás sentir que son los "verdaderos católicos". Línea media: siempre a mitad de camino. La verdad, pero incompleta.
“Vivamos la milicia del cristianismo con buen humor
de guerrillero, no con hosquedad de guarnición sitiada”.
Nicolás Gómez Dávila
“Estoy inaugurando en la Argentina la literatura anticlericalosa. En todos los países católicos existe y aquí es una vergüenza. Los eclesiásticos, como toda sociedad humana, tienen sus defectos, abusos y ridiculeces y si no existe un contraveneno, el córrigo-ridendo-mores, campan con todos sus respetos, como una murga cualquiera”.
Padre Leonardo Castellani