Francisco, en Asís 2016:
“Nuestras tradiciones religiosas son diversas. Pero
la diferencia no es para nosotros motivo de conflicto, de polémica o de frío
desapego”.
“No nos cansamos de repetir que nunca se puede usar
el nombre de Dios para justificar la violencia. Sólo la paz es santa. Sólo la
paz es santa, y no la guerra”.
“Paz significa Acogida, disponibilidad para el
diálogo, superación de la cerrazón, que no son estrategias de seguridad, sino
puentes sobre el vacío. Paz quiere decir Colaboración, intercambio vivo y
concreto con el otro, que es un don y no un problema, un hermano con quien
tratar de construir un mundo mejor. Paz significa Educación: una llamada a
aprender cada día el difícil arte de la comunión, a adquirir la cultura del
encuentro, purificando la conciencia de toda tentación de violencia y de
rigidez, contrarias al nombre de Dios y a la dignidad del hombre.
Aquí, nosotros, unidos y en paz, creemos y
esperamos en un mundo fraterno. Deseamos que los hombres y las mujeres de
religiones diferentes, allá donde se encuentren, se reúnan y susciten
concordia, especialmente donde hay conflictos. Nuestro futuro es el de vivir
juntos. Por eso, estamos llamados a liberarnos de las pesadas cargas de la
desconfianza, de los fundamentalismos y del odio. Que los creyentes sean
artesanos de paz invocando a Dios y trabajando por los hombres. Y nosotros,
como Responsables religiosos, estamos llamados a ser sólidos puentes de
diálogo, mediadores creativos de paz”.
1 Libro de Macabeos, trad. y coment. de Mons.
Straubinger.