“Vivamos la milicia del cristianismo con buen humor

de guerrillero, no con hosquedad de guarnición sitiada”.

Nicolás Gómez Dávila

“Estoy inaugurando en la Argentina la literatura anticlericalosa. En todos los países católicos existe y aquí es una vergüenza. Los eclesiásticos, como toda sociedad humana, tienen sus defectos, abusos y ridiculeces y si no existe un contraveneno, el córrigo-ridendo-mores, campan con todos sus respetos, como una murga cualquiera”.

Padre Leonardo Castellani


jueves, 12 de febrero de 2015

Cosas de Anzoátegui




Desde la Silla Apostólica, en 455 León I detuvo a los vándalos que saqueaban Roma. Dios sabe si hoy podría detener al vandalismo progresista que ha entrado a saco por la  Iglesia”.


Cada día creo más firmemente que lo único cierto es lo increíble


“No hay verdadera crítica sin trompadas, como no hay verdadera religión sin guerra religiosa”. 


“Nuestras pasiones son de dos clases: aquellas por las cuales tenemos el derecho de dar una trompada y aquellas por las cuales merecemos que nos den una trompada. Cualquiera otra actitud se llama comodidad, aunque el mundo moderno se haya puesto de acuerdo en disfrazar la comodidad con el nombre de libertad”…


“Un crítico que no se siente capaz de arriesgarse a que le peguen debe limitarse a ejercer la crítica en la intimidad de su familia, donde se puede llamar brutos a los ausentes sin responsabilidad alguna. La crítica es el arte de dar una opinión cuando nadie la pide. (…) Para eso un crítico serio necesita poseer un gran espíritu de mártir o unos grandes puños que le permitan resistir a aquellos que quieran convertirlo en mártir”.


“La tentación, eso que recordamos en el Padrenuestro –‘ne nos inducas in tentationem’, ‘no nos pongas bajo la tentación’- no es sólo la de sexto ni la del noveno mandamiento (más imperecedera esta última que la primera). La tentación involucra a todos los mandamientos, incluido el que nos prohíbe romperle la cara a Sartre o verter unas gotas de acónito en el té de Borges. Por eso mismo yo conservo colgada al costado de la cabecera de mi cama una vieja estampa que reproduce la ‘Bendición Santa con que el Seráfico Padre San Francisco de Asís bendecía a todos y con la que bendijo a Fray León su compañero muy molestado de tentaciones: El señor te bendiga, y te guarde; te manifieste su divina cara, y tenga misericordia de ti; vuelta a ti su divino rostro y te dé paz. El Señor bendiga este su siervo. Amén.”

Ignacio B. Anzoátegui



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