“Desde la Silla Apostólica, en 455 León I detuvo a los vándalos que saqueaban Roma. Dios sabe si hoy podría detener al vandalismo progresista que ha entrado a saco por la Iglesia”.
“Cada día creo más
firmemente que lo único cierto es lo increíble”
“No hay verdadera
crítica sin trompadas, como no hay verdadera religión sin guerra religiosa”.
“Nuestras pasiones son
de dos clases: aquellas por las cuales tenemos el derecho de dar una trompada y
aquellas por las cuales merecemos que nos den una trompada. Cualquiera otra
actitud se llama comodidad, aunque el mundo moderno se haya puesto de acuerdo
en disfrazar la comodidad con el nombre de libertad”…
“Un crítico que no se
siente capaz de arriesgarse a que le peguen debe limitarse a ejercer la crítica en la
intimidad de su familia, donde se puede llamar brutos a los ausentes sin
responsabilidad alguna. La crítica es el arte de dar una opinión cuando nadie
la pide. (…) Para eso un crítico serio necesita poseer un gran espíritu de
mártir o unos grandes puños que le permitan resistir a aquellos que quieran
convertirlo en mártir”.
“La tentación, eso
que recordamos en el Padrenuestro –‘ne nos inducas in tentationem’, ‘no nos
pongas bajo la tentación’- no es sólo la de sexto ni la del noveno mandamiento
(más imperecedera esta última que la primera). La tentación involucra a todos
los mandamientos, incluido el que nos prohíbe romperle la cara a Sartre o
verter unas gotas de acónito en el té de Borges. Por eso mismo yo conservo
colgada al costado de la cabecera de mi cama una vieja estampa que reproduce la
‘Bendición Santa con que el Seráfico Padre San Francisco de Asís bendecía a
todos y con la que bendijo a Fray León su compañero muy molestado de
tentaciones: El señor te bendiga, y te guarde; te manifieste su divina cara, y
tenga misericordia de ti; vuelta a ti su divino rostro y te dé paz. El Señor
bendiga este su siervo. Amén.”
Ignacio
B. Anzoátegui