El Pericón de la Nueva FSSPX, cuya
ejemplaridad brilla en cada artículo fidelísimo a la nueva línea de su
idolatrada FSSPX.
NOTA
NUESTRA (de Pericón): El traslado del R. P.
Ricardo Olmedo se enmarca dentro de los movimientos que ordinariamente (cada 27 años, en el caso del P. Olmedo) realiza la
Fraternidad San Pío X en orden a su apostolado.
Nadie, excepto sus
enemigos, puede sorprenderse (no, después de haber
estado toda su vida allí, 27 años, a nadie puede sorprender el traslado de un
destacado profesor) o escandalizarse por ello. Bien lo sabe el R.P.
Olmedo, uno de los sacerdotes cuya ejemplaridad brilla -entre otras cosas-
porque ha permanecido fiel cuando muchos, como el obispo Williamson y sus
secuaces, traicionaban la obra de Monseñor Marcel Lefebvre (¿qué significa para este bloggero traicionar la obra de
Mons. Lefebvre? ¿O será que no estar de acuerdo con Mons. Fellay equivale a
traicionar a Mons. Lefebvre? Nunca tendremos las explicaciones correspondientes
por parte de este irresponsable fan de
la neo-FSSPX).
Una expresión
más de la vida parasitaria que llevan estos blogs. Si no fuera por la
Fraternidad, de poco o nada tendrían que hablar (si “estos
blogs” hablan de la neo-FSSPX es porque la verdadera Fraternidad está en
quienes ellos llaman “rebeldes”, no en quienes ostentan el cartelito y la
papelería oficial. Parásitos son los que viven de los restos que va dejando la
ya corrompida Nueva Fraternidad de Mons. Fellay –el obispo 95% a favor del Vaticano
II-, de Galarreta -el obispo democrático- y cía).
Y en cuanto a su
"sincero" homenaje, se trata sólo de un sarcasmo. Porque elogiando a
un sacerdote fiel, dan mayor contraste a su propia infidelidad (quien realizó su homenaje lo habrá hecho porque estudió con
él y cumple ser agradecido, lo cual no significa que se esté en todo de acuerdo
con el P. Olmedo. Quizás termine siendo un bien para él que se lo saque de ese
ambiente liberal del Seminario, quién sabe pueda lejos de allí estar mejor
informado y animarse a ser del todo fiel a Mons. Lefebvre, en vez de seguir la
corriente, obedecer ciegamente y aceptar el nuevo pensamiento hegeliano de la
Nueva Fraternidad. Dios sabrá).