El
Jefe de la secta radial donde se encuentra la última resistencia y la verdadera
Iglesia sin mancha, acaba de ocuparse –tardíamente y quizás a pedido de algún
preocupado radioceriánico- de los tres CE de Mons. Williamson sobre el Novus
Ordo, que levantaron cierta polvareda en distintos círculos de resistentes:
Ceriani
da como siempre infinitos rodeos (la torsión serpentina), enreda bastante y
finalmente termina coincidiendo en lo esencial con Mons. Williamson, en
contraste con muchos que afirmaron que no podía haber milagros en el Novus Ordo.
Ceriani
no niega la posibilidad de milagros en el Novus Ordo. Y en eso está acertado.
Pero
lo interesante es que dice que Mons. W. debe probar que Bergoglio es obispo
católico (es decir, válidamente ordenado), sin embargo Ceriani no prueba que
Bergoglio no lo sea.
Dice
que Mons. W. no prueba que haya misas válidas en el Novus Ordo, pero Ceriani no
prueba que todas las misas Novus Ordo sean inválidas.
Coincide
con Mons. Williamson, desde luego, y con todo católico de la Tradición, en la
nocividad de las misas Novus Ordo, aunque él duda de que sean “Misas”. Por
cierto, Mons. Lefebvre la llamó “Misa Nueva”, hasta en el título de un libro…Pero
ese es otro tema.
Quizás
lo más interesante y que haya motivado su último artículo lo encontramos al
final, el mismo P. Ceriani lo destaca así:
“Lo que sigue, ya prometido más arriba, es de
antología: aislamiento
conducente a un espíritu sectario y aún farisaico, desconectado de la realidad…”
Colocamos a continuación entera la frase de
Mons. Williamson porque nos parece que da la clave y el sentido o motivo que lo
llevó a escribir tales CE:
“Por consiguiente, el NOM y la Iglesia Novus Ordo como un
todo son peligrosos para la fe, y los católicos que han adherido a la Tradición
para evitar el peligro están en lo correcto. Pero como han tenido que poner
distancia entre ellos y la corriente principal de la Iglesia, se han expuesto
al peligro opuesto de un aislamiento conducente a un espíritu sectario y hasta
farisaico, desconectado de la realidad”.
Esta frase hizo mucho ruido en la cabeza del
cura Ceriani, y no puede ser dirigida solamente a él, sino a algunos otros que
han caído en ese espíritu sectario, como un Méramo chico que salió ahora a
despotricar meramianamente en un sermón repitiendo y sin esgrimir un buen
razonamiento, entre otras cosas, lo mismo que algunos curas de la Neo-FSSPX,
esto es, que “no debe leerse Non Possumus” (¡!). Ceriani –que no puede
disimular su ofuscación- intenta “embarrar la cancha” colocando una frase de
Francisco contra los fariseos, para que el lector asocie a este último con
Mons. Williamson, pero es un método banal. Y el último recurso es afirmar “¡Claro! ¡Claro! Todavía queda algo
de católico en el Novus Ordo…”. Mons. Lefebvre le respondería con estas
palabras: “Para juzgar de la falta subjetiva de quienes celebran la nueva Misa y de
quienes asisten a ella, debemos aplicar la regla del discernimiento de
espíritus según las directivas de la teología moral y pastoral. Debemos obrar
siempre como médicos de almas y no como jueces y verdugos, como se sienten
tentados a hacerlo quienes están animados por un celo amargo y no por el
verdadero celo” ("Declaración sobre la nueva misa y el Papa", de
8-11-79). ¿Quizás Ceriani acusaría a Mons. Lefebvre de ser “montiniano” por
haber dicho aquellas palabras?
A esto hay que sumarle la falta de discriminación entre Iglesia católica e
iglesia conciliar, que se distinguen pero no existen separadas, pues teniendo diversa
causa final, formal y eficiente, tienen la misma causa material, como bien
fundamenta el estudio de los Dominicos de Avrillé (a no ser que se declare uno
sedevacantista, pero en la Radio no se atreven a decirlo claramente, al menos
como posición oficial).
Creemos que puede justificarse la crítica a Mons. Williamson por no ser claro
y tajante como Mons. Lefebvre respecto de la Nueva Misa (aunque no dice ningún error
ni herejía en sus CE). Pero tiene razón el obispo inglés en alertar sobre el
espíritu sectario y farisaico que se ve plenamente confirmado en estos
artículos del P. Ceriani e incluso en la postura tomada por algunos blogs que
se dicen de la Resistencia. En definitiva, cuidado con no deslizarse a un lado
ni al otro. Firmeza doctrinal y mansedumbre deben ir de la mano. Verdadero celo
vigilante sin caer en celo amargo. En toda la declaración de Mons. Lefebvre de
1979 está lo que debemos pensar acerca de la Nueva Misa, por encima de los
posibles traspiés o enredos de unos y el espíritu farisaico de los otros.
Recordemos que, como escribió Gómez Dávila: “El demonio nos venció, cuando
permite que lo derrotemos con sus armas”.