“Vivamos la milicia del cristianismo con buen humor

de guerrillero, no con hosquedad de guarnición sitiada”.

Nicolás Gómez Dávila

“Estoy inaugurando en la Argentina la literatura anticlericalosa. En todos los países católicos existe y aquí es una vergüenza. Los eclesiásticos, como toda sociedad humana, tienen sus defectos, abusos y ridiculeces y si no existe un contraveneno, el córrigo-ridendo-mores, campan con todos sus respetos, como una murga cualquiera”.

Padre Leonardo Castellani


miércoles, 6 de agosto de 2025

DE “EL ÚLTIMO GOBIERNO DE SANCHO”

 


El influencer

 

Por ANTONIO CAPONNETTO

 

 

Apenas cumplió trece mil seiscientos millones de años, según los borricos racionalistas del Anuario del Observatorio Astronómico, nuestro magno farol y célica candela destellante, sintiéndose algo mayorcito de edad, decidió esparcir su centelleo sobre los arrecifes agathauricos, para solaz de los que pernoctan a la intemperie y para reconvención de los que res-guardan sus bellaquerías en las opacidades de la noche.

 

Sancho, que se había acostado tardísimo, pues le tocó inaugurar la Feria del Libro con un discurso titulado "Sobre las ventajas del analfabetismo sacro, gratuito y obligatorio", andaba pletórico de oscitaciones y desperezos, que resultaban compatibles con la casmodia o mal del bostezo frecuente. Tanto descontrol llegó a tener sobre sus pómulos y malares, que viéndolo en tales condiciones, el Edecán de turno llamó al Servicio de Urgencia de Pami, de donde le respondieron que llegarían con mayor prontitud que la habitual, esto es, entre las 72 y 96 próximas horas. Por tratarse del Gobernador, se entiende.

 

En tamaño trance se hallaba -suscitando la misofonía de ciertos susceptibles allegados- cuando golpeó las puertas de su mismísimo excusado real el precitado Edecán, quien tuvo que percutir varias veces, pues los ruidos que venían del interior -esto es, de su mismo ocupante- impedían en Sancho una audición proporcionada y clara.

 

-Condone mi insistencia, Su Bostecidad, pero tiene una audiencia ya acordada, y lo están aguardando en el Instituto de Altos Estudios Comunicacionales Gene Sheldon...

 

-Es por el que hacía del mudo Bernardo en la serie de El Zorro (y no pudo evitar perder por unos instantes la gravitαs γ tararear el comienzo de la música de fondo).

 

-¡Voto a bríos!, que el susodicho mudo (después de Gardel, claro), no tenía nada de majagranzas y -cuando le correspondía se comportaba, cual su señor, como un barbián imbatible. Además, sepa usté, Edecán, que reunión de zorros, perdición de gaIlinas; zorros viejos no quieren tutores; zorro que duerme de día, de noche anduvo de cacería; clérigos y zorros, si pierden las mañas lo pierden todo; zorra politiquera, su cara la entrega; zorra feminista, ni linda ni lista....

 

-Amnistíeme Su Consejeridad, pero le recuerdo que el Inadi ha prohibido el sexismo paremiológico...

 

-Inadi me importa. No estoy para aprender idiomas nuevos a mi edad; además soy orgullosamente monóglota y hable yo caliente y no me entienda la gente... Que Dios me entiende, decía el Manchego.

 

-Compostura, que estamos ya en nuestro destino final.

 

Fue llegar Sancho al salón del Instituto de Altos Estudios Comunicacionales, para encontrarse allí con unos sujetos profusamente maquillados, cosmetizados, aromatizados, rodeados de espejos de diferentes tamaños y grosores, ante los cuales ensayaban mohines y visajes múltiples como quien padece un descontrol miokinético ingobernable. Decenas de cámaras digitales los rodeaban, y la verdad es que no se miraban entre ellos ni tampoco a Sancho, sino a sí mismos y con verdadero arroba-miento. Tampoco se oían ni entendían los unos a los otros, sino que parloteaban con el sonido molesto de las pipirijainas. Se respiraba un aire de vanagloria y de vacuidad más intenso que en las asambleas comiteriles.

 

-¿Quiénes son estos Narcisos?, inquirió Sancho, que ya an-daba mal dispuesto, olfateando que aquellos sujetos eran poco menos que los constructores de la torre de Babel. (Y no erraba).

 

Tomó entonces la palabra monseñor Inter Mirifica, a cargo temporariamente del área comunicacional, y sucesor de Tom Thitho Malabar, y así se explayó:

 

-Permítame presentárselos, Su Renombridad. Cada una de estas celebridades o celebrities es un influencer; esto es, alguien que, a través de las adoradas y veneradas redes sociales contemporáneas, ejerce una especial influencia sobre la masa, compitiendo entre ellos -por amor a la docencia popular, claro- a ver quién predomina, insufla o marca tendencia sobre la población.

 

-No soy hombre de leyes, dijo Sancho; excepto la de gravedad, que no puedo sino cumplir y padecer, pero esto que está reconociendo es un delito y se llama "tráfico de influencias".

 

-Pues ellos no siguen nuestras normas, Excelencia. Imponen las suyas propias que son las que prevalecen, repercuten y sugestionan a la chusma.

 

-¿y en qué cuestiones, temas o materias quieren influenciar sobre el gentío?

 

-iPues sobre todos los asuntos humanos y divinos, Vuesa Anacronicidad! Que les basta para ello con haberse criado en un hogar ensamblado, en una escuela baradeliana, lejos de las bibliotecas y prematuramente propietarios de un smartphone, tablet o canal on line. Son los nuevos heraldos, y según la Consultora Nielsen, que los mide, regula y recluta, poseen más re-percusiones sobre el común que las que en las épocas oscuras tenían los predicadores desde sus tribunas.

 

-¿Más que los padres Fultonyin, Laburo, Lorin y Filipus de la Redonda?

 

-Más que el mismísimo Santo Padre, si me permite el sedeocupantismo.

 

-Voy entendiendo, mintió Sancho, que se dirigió a paso marcial hacia el que parecía ser el cabecilla de los Narcisos mientras se probaba unos guantes que habían sido del Dr. Luis Ángel Firpo, también conocido como el Taurino-Pampense.

 

Con discreción y viéndolo en algún peligro cognitivo, se le arrimó a Sancho el ministro de Omnisciencia, el Dr. Wikipedia, y el Gobernador le aceptó su compañía con un gesto sutil, que consistió en decirle a los gritos:

 

-¡Menos mal que te avivaste, gilastrún!

 

-Oiga, señor Influenzo, comenzó Sancho. ¿Usted no era una gripe estacionaria?

 

-Me confunde con mi prima hermana, Influenza. Te paso mi hashtag y el hyperlink, así me ubicás enseguida, ¿dale? Cuidate. Nada. Besitos. Dame un like. O levantame el pulgar. iSelfieeee!

 

-Para besitos tenemos al diocesano de La Guita, que se los dará sin que se los pida. Pero hablando de la plata, ¿de qué viven ustedes?

 

-Los influencers tenemos todas las carencias intelectuales requeridas hoy por el mercado. Podemos actuar como periodistas, doctos, científicos, diplomáticos, politólogos, travestis, meretrices, lo que pinte. Podemos incluso documentar los eventos anticipándolos con fotos en instagram o videos en youtube. más importante, nos ofertamos nosotros como mercancías co-Promocionamos marcas de todos los productos, y lo que es diciadas y apetecibles. Las grandes marcas mueren para que usemos desde su joyas hasta sus papeles higiénicos; y por supuesto como de carne somos y de algo tenemos que vivir-hacemos el sacrificio inmenso de recibir millones como recompensa a nuestro altruista magisterio social.

 

Sigilosamente, al escuchar el diálogo, se le había acercado el delegado del gremio de los Matarifes, sugiriéndole a Sancho que le pidiera al influenzo mayores precisiones sobre aquello que "de carne somos". Otrosí el Lic. Balín del Programa Universal de Trabajadores Eméritos Reciclados Inguinales Organizados (PUTERIO), para saber si le podían dedicar un tik tok. Pero Sancho quería informarse mejor antes de dar su veredicto.

 

-Aquí el súbdito tablajero me pide que le traslade una pregunta, que ya respondió san Pablo; pero el recién llegado que

 

invoca representaciones inguinales -jamás tenidas por lícitas ni decorosas en esta ínsula- reclama, según colijo, un reloj despertador, y ahí ya me pierdo. ¿Qué tiene que ver el noble oficio de arreglador de cronómetros o clepsidras con vuestro inframundo de influencias mercantiles y conductas narcisistas?

 

-Su Cavernicolidad, con todo el respeto que me merecen sus periclitaciones, y haciendo caso omiso a sus agravios, el Tik Tok, no es propiamente un reloj-cucú, sino un videíto corto y en formato vertical, que se reproduce como rulos o bucles hasta que no se los pare.

 

-¿Estamos seguros de que seguimos hablando de comunicación? -acotó Sancho. Porque entre vosé que menta bucles y rulos y el

 

forastero que reclama los derechos de la ingle, más me temo estar yo en ocasión de pecado que en trances de gobernador. Así que, redondeando, escúchame Influenzo Narciso, ¿qué carrera estudian para graduarse de influencers, en dónde queda la sede de dicha casa de estudios y cuántos seguidores tienen que tener para obtener la licencia o habilitación laboral?

 

-Nosotros no estudiamos nada, Su Trasnochidad. Somos cuidadosos objetos de estudio por los líderes de las grandes corporaciones cartaginesas, fenicias, niponas, gomórricas y aun de dos autóctonas, sita la una en el Once y la otra en la Avenida Avellaneda. Nuestro fuerte es saber nada de todo.

 

de la epistemel ¡Somos los choznos vengadores de los abuelos Somos la victoria de la doxa sobre los privilegios ancestrales a los que hicieron escribir cien veces: "Debo prestar atención en clase". En cuanto al número de seguidores, y por tratar de Usted, le revelaré un secreto: hay técnicas para inflarlos que le permiten pasar de mil a un millón de influenciados y Sub yugados, con lo que se multiplican los ingresos, puesto que no es lo mismo ser un microinfluencer que uno mega, champion, hiper e macro,

 

Al tomar conciencia Sancho de que todo cuando venía reveléndose sobre la industria de los influencers, era -de mínimo-una espantosa estafa y de máxima un vicio nefando, conteniendo en el medio todo tipo de aborrecibles propuestas, pidió que le trajesen del Cabildo los instrumentos de tortura, abandonados desde el infausto Año XIII, con la mayor prontitud posible.

 

-¡No lo haga, Su Misericordia! -exclamó el Alguacil. Al instante lo convertirán en "meme", lo viralizarán y lo transformarán en el hazmerreir de esta historia trágica.

 

Pero era tarde, lay! A Sancho no lo arredraban los memes. los momos ni los carnavales correntinos. Hecho un trompo humano -o si se quiere el remolino de un huracán en pleno voltaje- comenzó a correr a los influencers a perdigonadas, dispares de obús, granadas vencidas y otras frutas de estación, acompañando sus furibundas trombas con epitetos que hacían sorrojar a los más experimentados coprolálicos.

 

Cuando lograron contenerlo, y fiue necesario para ellos la intervención providencial de los mellizos Custodia, que habían ganado el Biceps de Oro en los años de níquel, sosegóse el buen Sancho, agradeció el gesto de mesura, y todo lo calmo que puede estar un jabalí tras su presa, pronunció la siguiente

 

Sentencia:

 

-Visto y considerando que los influencers convierten un delito en un oficio:

 

-que salvo excepciones, el grueso de las influencias son pavotas, perversas, corruptas, lelas, infames, sacrílegas y etc.;

 

-que sus fautores están dispuestos y eso hacen- a convertirse ellos mismos en mercancía, con lo que descienden a la categoría de la esclavitud o del rameraje:

 

-que sus mandantes y a la vez sus cómplices se enriquecen malhabidamente a expensas de la estupidización colectiva:

 

-que los consumidores de influencias están narcotizados en sus seseras y con las conciencias visiblemente obnubiladas y prontas al desatino,

 

se resuelve:

 

a) Quítaseles a los influencers toda su parafernalia tecnológica, pudiendo usar excluyentemente una Remington modelo 1950, un telégrafo Ericsson, 1880, y una Ectopistes Migratorius o paloma mensajera embalsamada.

 

b) Recibirán a su turno un pico y una pala; y un arado con yugo, bajo el cual harán las veces de bueyes, por las muchas veces que animalizaron a la sociedad toda.

 

c) Devolverán los dineros malhabidos y malgastados, los cuales serán transferidos a los cottolengos, no considerándose tales las sedes de los tres poderes del Estado.

 

d) Sólo se aceptarán los influjos que, según enseña san Dionisio, operen como el de los coros superiores de los ángeles, respecto de los coros medios e inferiores.

 

e) Nómbranse Regidores de Influjos Benéficos a los ignotos y abnegados misioneros que llevan la doctrina católica a los confines del mundo, a pesar de la contrariedad que esto le causa al Vaticano.

 

Será justicia

 

Promulgada la cual dióse la señal de los festejos, los cuales consistieron ese día en una peluca para la ocasión, porque siempre la pintan calva; una cacería de brujas, excepto a las que estamos unidos por vínculos parentales; un cortocircuito intencional, respetando las luces de las peñas, fogones, tabernas y hospitales, y una caída de sistema con fractura expuesta, seguida de reposo prolongado.

 

 

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...