“Pero con
arreglo a las normas litúrgicas”
Así se ataja de movida el sitio conservador
Infocatólica, para dar a conocer esta especie de “Renacimiento eucarístico” en
shorts y chancletas. Sí señor, alabemos a Cristo untados de protector solar
sobre la tibia arena, ¿por qué no? ¿No quería Francisco una iglesia en salida?
¿Para qué ponerse pantalones largos y caminar hasta la parroquia, con este
calor? Vamos, que venga Él a donde estamos, así podremos disfrutar a la vez de
la eucaristía y del horizonte soleado, la brisa del atardecer y tras la
eucaristía las cookies o las donas…
Veamos primero el artículo que reproduce
Infocatólica, con un par de fotos que reproduce:
Misas en la playa de Long
Island
En
los alrededores de Nueva York, tres parroquias han emprendido una osada
iniciativa para evangelizar y conseguir recuperar a católicos que hace tiempo
que no acuden a la Iglesia: Misas en la
playa, pero bien celebradas.
(NCR/InfoCatólica)
Normalmente, cuando en un medio de comunicación hay que hablar de Misas en la
playa, se trata de deplorables casos de caos litúrgico, falta de reverencia y
desprecio de las normas litúrgicas. Esta ocasión podría ser diferente.
Este año,
se está produciendo en Estados Unidos lo que se ha llamado un Renacimiento
o Reavivamiento Eucarístico, en el que millones de personas
presencian la salida del Santísimo Sacramento por las calles en procesiones
eucarísticas, para que Cristo pueda ser adorado por los fieles que van a la
iglesia y también por otros que hace tiempo que no acuden a ella. Algunas
parroquias de Long Island (Nueva York) llevan once años haciendo algo similar,
a su manera.
En las
tres parroquias de San Ignacio Mártir, Santa María de la Isla y Nuestra
Señora de la Medalla Milagrosa, «la idea surgió de la comunidad, de un
grupo de feligreses y del párroco, que intercambiaron ideas sobre las posibles
oportunidades de evangelización en nuestra singular ubicación costera», declaró
John Bernhardi, que lleva ocho años colaborando con Beach Catholic, una
iniciativa organizada por el padre Brian Barr, en cuyo marco los fieles
católicos pueden acudir a Misa en la playa todos los domingos de verano.
«Obviamente,
la mayoría de las veces celebramos la Eucaristía en una iglesia», añadió el
sacerdote. «Creo que llevar el Sacramento a las calles crea una dimensión
adicional. La mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a la oración
pública fuera de los muros de la iglesia. Pocas cosas son más públicas que una
Misa en la playa. Creo que eso nos inspira y nos desafía de maneras
importantes».
«La playa
es un lugar informal. Era importante que se mantuviera la santidad del
Sacramento a pesar de ese ambiente informal. Creo que lo hemos logrado», ha
afirmado el padre Brian Barr. La idea de celebrar la Misa en la playa puede
resultar desconcertante para algunos y no han faltado las críticas, pero el
padre Barr se asegura de que se mantenga la reverencia debida, se cumplan las
normas litúrgicas y se use un altar digno, además de velas, vasos sagrados,
ornamentos, cruz procesional, libros litúrgicos, ambón para las lecturas, etc.
Según el canon 932, la celebración eucarística debe hacerse en lugar sagrado,
pero, en casos particulares, cuando haya necesidad, puede celebrarse fuera de
la iglesia en un lugar digno. Por supuesto, el obispo diocesano está al
corriente de todo lo que se hace en las Misas al aire libre en la playa.
Dado el
lugar, muchos de los asistentes están vestidos informalmente, pero rezan,
se arrodillan y siguen con devoción la celebración. Además, varios de los
objetos litúrgicos utilizados durante la Misa tienen un significado especial
para los feligreses. El altar, el ambón y la cruz procesional fueron fabricados
por un parroquiano carpintero, con los restos del paseo marítimo de la playa,
destruidos tras el huracán Sandy, que arrasó gran parte de la zona en 2012.
«Así como
las grandes pinturas, estatuas o vidrieras de una iglesia nos ayudan a
reflexionar sobre la belleza de Dios, presenciar la Misa mientras el sol se
pone sobre el océano aparentemente infinito es una excelente manera de recordar
el amor y la bondad infinitos de Dios», declaró el feligrés Ryan Bonomi
al National Catholic Register.
A juzgar
por las multitudes que acuden a la Misa dominical en la playa, tanto los
habitantes de la zona como los turistas están muy contentos de tener esta oportunidad
única. Hace dos semanas, más de 1.200 personas asistieron a la Misa
dominical vespertina; y tan solo el fin de semana pasado, la cifra ascendió
a 1.300 fieles. Entre esas cifras y el entorno, mantener la reverencia y la
concentración es un desafío, dijo el padre Barr, pero recalcó que «con un gran
equipo, se logra».
La
manifestación pública de fe también es una oportunidad para evangelizar. Durante
los últimos diez veranos, se estima que más de 50,000 personas han asistido a
la Misa en la playa. La parroquia ha tenido la oportunidad de llegar a
católicos que habían estado alejados de su fe durante mucho tiempo y que oyeron
hablar de la Misa en la playa o casualmente se encontraban en el paseo marítimo
y se detuvieron a rezar. Incluso está previsto empezar a realizar la exposición
del Santísimo regularmente.
Bernhardi,
que llegó a su parroquia a través de la Misa en la playa, explicó que se
sentían «llamados, ahora mismo, a ser una iglesia misionera; no solo a
recibir los sacramentos nosotros mismos, sino a salir a compartir la verdad de
Cristo con todo el mundo. Creemos que la Misa en la playa está haciendo
realidad ese llamado».
«Cada
verano», explica el padre Barr, «recibo regularmente notas o correos
electrónicos en las que alguien describe cómo, mientras iba en
bicicleta o daba un paseo por el paseo marítimo, descubrió la Misa. Se
detuvo, se quedó. Y luego regresó. ¿Qué puede haber que sea mejor que eso?».
https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=52979
PEEEERO…
Pero Infocatólica no muestra todo
lo que ocurre en esas “eucaristías” yanquis. Sí lo muestra el sitio de donde ha
tomado la nota:
https://www.ncregister.com/features/beach-catholic-summer-sunday-masses
Comunión
en la mano, dada por mujeres (o un hombre afeminado, tatuado y con camisa
hawaiana). ¿¿¿Es esto para TibioCatólica una “misa bien celebrada”???
En definitiva, IC presenta el artículo
censurado, para no tener que hacer ninguna crítica al mismo, pero cuando se
trata del tradicionalismo no trepida en ser duro contra Mons. Lefebvre y sus
seguidores. Hasta hemos leído a un comentarista de un post –que no fue
censurado ni corregido- decir que odiaba a Mons. Lefebvre (sic).