Por El Rústico
En
el supermercado conciliar hay una gran variedad de misas para elegir. El Novus
Ordo, como se sabe, le abrió las puertas de par en par a todo tipo de
iniciativas, inventivas, ocurrencias y “originalidades”. Cada parroquia tiene
su propia versión del rito cato-protestante surgido del caletre de Monseñor
Bugnini y sus secuaces protestantes. Misas “bien rezadas”, misas LGBTQX, misas
para niños, misas con payasos, misas con o sin monaguillas, misas con
bicicletas, misas en short y en la playa, misas peronistas, misas tango, y un
larguísimo, interminable etcétera. Como decimos, canilla libre a la
“creatividad” del cura u obispo en cuestión. Si la misa ya no es la renovación
incruenta del Sacrificio propiciatorio de Nuestro Señor en el altar, sino “una
cena, una sinaxis sagrada, o sea la reunión del pueblo de Dios, bajo la
presidencia del sacerdote, para celebrar el memorial del Señor” (sic, definición
oficial), entonces ¿por qué no se puede celebrar como el pueblo y el presidente
de la asamblea lo crean más conveniente? La coherencia con el ecumenismo y la
libertad religiosa propugnadas por el Vaticano II, son patentes. Los mismos
protestantes reconocieron que la misa ya no era un obstáculo para la “cultura
del encuentro” (para decirlo en términos bergoglianos).
Por
eso y por la libertad absoluta que reina (“¡Viva la libertad, carajo!”), ahora
el Padre al que “no se la cuentan” se suma a la ola revolucionaria con su
propia iniciativa. El padre es birritualista, pero ha celebrado una Misa Novus
Ordo enriquecida con la Misa tradicional o “vetus ordo”. Una variante más de
Novus Ordo, ésta más apta para los sensibles a cierto gustito por el latín y
algunos detalles más. OK: mezclemos la Coca-Cola con un excelente vino, pero
advirtamos que esa es una bebida híbrida, propia para liberales, que desean
estar bien con todo el mundo, o para … castrados.
¿Misa
novus ordo o vetus ordo?
Javier
Olivera Ravasi, el 1.08.25 a las 8:29 PM
https://www.infocatolica.com/blog/notelacuenten.php/2508010829-misa-novus-ordo-o-ve#comments
Transcribimos los dos primeros comentarios que
aparecen debajo del artículo:
1.-
Loable sin duda, pero en
la misa reformada no se hace genuflexión antes de la elevación. No inventemos.
-------
Rta de PJOR:
No hay, es verdad. Una pena, pero no me parece que sea
"un invento"; yo me ordené apenas publicado Summorum pontificum y, al
leer el texto, entendí con muchos que había que seguir lo que el Papa decía,
eso de que "las dos formas del uso del Rito Romano pueden enriquecerse
mutuamente". De allí que junte los dedos luego de la consagración (otro
"invento" que venía de antes), incline la cabeza al nombrar a Cristo,
etc. En fin. gracias por su comentario. PJOR
2.-
Padre, ante todo, se nota el gran esmero con que celebra la Santa Misa y su
deseo sincero de ajustarse al Misal Romano, lo cual es de agradecer en tiempos
en que la fidelidad litúrgica es un verdadero testimonio.
Solo quisiera hacerle una observación con afecto: cuando añadimos gestos no
previstos, como ciertas genuflexiones que el Misal no indica, corremos el
riesgo de “sobrepasarnos” en el afán de reverencia. La Sacrosanctum Concilium
(SC 22 §3) y otros documentos recuerdan que nadie, aunque sea sacerdote, añada
o quite cosas por iniciativa propia en la liturgia. Precisamente porque la
liturgia es de toda la Iglesia, hasta los gestos que parecen más piadosos
conviene mirarlos y remirarlos antes de incorporarlos, para no romper esa
unidad que es en sí misma una catequesis.
En resumen, su celo es valioso, pero vale la pena revisar estos detalles para
que la celebración sea plenamente conforme al Misal Romano, que ya es en sí
mismo riquísimo en signos de reverencia.
--------
Muchas gracias por su comentario. Sinceramente, cuando celebro Novus ordo, no
lo hago. Esa vez lo hice de modo connatural por celebrar casi a diario el
"vetus ordo" (en la parroquia en la que estoy tenemos ambos modos de
rezar la misa todos los días). De todos modos, el post va en dirección a que se
puede celebrar la misa novus ordo dignamente y ad orientem, como sugiere el
mismo misal. Bendiciones. PJOR
01/08/25 9:25 PM
Nuestro comentario:
1.
El padre JOR quiere tener razón a como
dé lugar. Por eso habla de ese inexistente mutuo “enriquecimiento” de los dos
ritos según Benedicto XVI. Qué curioso que siempre para “enriquecer” se toman
cosas del Vetus Ordo para incorporar al Novus, y no al revés. Hasta hoy nadie
ha podido decir cómo el Novus Ordo puede “enriquecer” la Misa tradicional. Quizás
PJOR lo intente en su próxima misa.
2.
Pero el sacerdote tiene que ceñirse al Ordo
prescrito por la Iglesia, no puede agregar ni quitar nada a las rúbricas
establecidas. Inventar cosas o agregar cosas es propio de liberales y,
precisamente, es el Novus Ordo el que permite eso. La Misa tradicional no lo
permite porque tiene una perfección en su estructura, como que es un rito
sublime, una misa santa y elaborada con sabiduría, y de incluir innovaciones
salta de inmediato el exabrupto: el escándalo será también instantáneo y
notorio. Por otra parte, ¿a quién se le ocurriría agregarle algo, sino
maliciosamente, y con riesgo de ser de inmediato descubierto?
3.
Si el PJOR se cree en necesidad de
agregar cosas a la celebración del Novus Ordo es porque este es insatisfactorio
o imperfecto, porque le falta algo. Por lo tanto, exige una revisión del mismo,
y tratar de entender por qué pasa esto. Esto lo llevaría a entender que…
4.
No se trata de celebrar o no dignamente
el Novus Ordo, porque el problema está en el rito en sí. Si no lo ve no es por
incapacidad intelectual, obviamente, que no le falta, sino porque se niega a
verlo. Por qué ocurre esto, que lo juzgue Dios. Pero es obvio que si actuara
correctamente debería pagar un precio, por el cual no se le abrirían las puertas
de preciosas iglesias en diócesis norteamericanas, sino que estaría marginado y
vilipendiado como “lefebvrista” (o sea leproso) en algún rincón ignorado. Y
entonces no tendría un millón de “seguidores” en sus diferentes medios y redes
sociales, etc., etc.
5.
Pero, además, en la segunda de sus
respuestas, cuando el lector le advierte que “cuando añadimos gestos no
previstos, como ciertas genuflexiones que el Misal no indica, corremos el
riesgo de “sobrepasarnos” en el afán de reverencia”, el PJOR contesta: “Sinceramente,
cuando celebro Novus ordo, no lo hago. Esa vez lo hice de modo connatural por
celebrar casi a diario el "vetus ordo"”. Es decir, que siempre que
celebra el NOM no hace genuflexión ante Nuestro Señor sacramentado. O sea, si
cree en la presencia real de Nuestro Señor –y todo hace pensar que sí- entonces
peca de grave irreverencia, por seguir las rúbricas del NOM protestantizante.
6. Termina
así su comentario PJOR: “Con toda
humildad, si desean, la pueden compartir, con su sacerdote de confianza. “La
belleza salvará al mundo” (Dostoyevski). Una frase que creemos absurda,
puesto que, si hay algo feo, soso, vulgar, alejadísimo de la belleza, eso es
precisamente el Novus Ordo Missae, sea bien o mal celebrado, y se ve en el
video de PJOR. “La vulgaridad consiste
en pretender ser lo que no somos”, decía genialmente Nicolás Gómez Dávila.
He allí lo que es el Novus Ordo: pretende ser lo que no es. El NOM pretende ser
un rito católico, pero no es más que un rito ordinario, que no expresa la teología del Santo Sacrificio de la
Misa definido por el Sacrosanto Concilio de Trento. Hasta el día de hoy no
hemos encontrado ningún estudio, ensayo o video que nos venga a demostrar que
no es así y que el NOM es un rito enteramente ortodoxo. El sólo argumento que
patoteramente esgrimen sus defensores es, como dijo un cura con un perrito
faldero de “Infocatólica”, el siguiente: “Una celebración de la eucaristía,
celebrada por el rito que sea, siempre y cuando sea un rito aprobado por la
Iglesia, y siguiendo las normas dadas para ello, es EXACTAMENTE igual de digna
y válida. Cada uno asiste al que le parce y no hay más que hablar”.
“No hay más que hablar”: ahí está la cuestión para estos curas irresponsables:
todo se acaba en la obediencia indebida, ciega, perruna. Por lo tanto, no
analicemos nada. Aceptemos todo pues tiene el sello de aprobación: Nostra Aetate, la libertad religiosa, recemos
de rodillas ante la imagen de San Angelleli o San Pablo VI, sigamos Fiducia
suplicans, Amoris laetitia, vayamos a rezar junto con los hermanos de todas las
“religiones”, etc, etc. “No hay más que hablar”. Como dijo con insuperable
justeza el gordo Chesterton: “Al entrar
a la Iglesia hay que quitarse el sombrero, no la cabeza”. Pero, recordando
al Martín Fierro: “Al que nace barrigón, es al ñudo que lo fajen”.
Telón.