“Lo Paródico no es hecho adrede: resulta de una degeneración o descenso
de Lo Serio, como respecto de la religión, ese “descenso de una mística en
política” que teorizaron Bergson y Péguy. De ahí que Lo Paródico no se puede atacar
directamente sin peligro de lastimar lo que está detrás de esa corteza o ese
tejido adiposo. Hay que usar las emanaciones radiactivas del humorismo”.
(P. Leonardo Castellani, Lo paródico, “Seis ensayos y tres cartas”, Ediciones
Dictio, págs. 83-83)