La
gansa es Ingrid Beck, periodista judía directora de esa bazofia inmunda llamada
“Barcelona”, pasquín del mismo estilo que “Charlie Hebdo” que pretende ser
satírico pero que en verdad no es otra cosa que un fermentado de suciedad
grasienta, pornografía, anticatolicismo purulento, chistes cloacales e
izquierdismo resentido. En entrevista que le hizo la periodista judía Olga Jeczmyk, dijo esta miserable escriba: “Se
puede hacer sátira con todos los temas. No hay límites. Nosotros no nos ponemos
límites”. Se recuerda aún la ridiculización que en directo le propinó otro
periodista, el judío (están en todas) Feinmann. Ahora, “Barcelona” acaba de perder
un juicio que le inició la Sra.
Cecilia Pando, activista que defiende los derechos de los militares que
pelearon contra el terrorismo marxista en los años ’70 y hoy sufren la venganza
de los politiqueros demócratas y progresistas. A raíz de esto la prensa masiva,
defensora de la sacrosanta “libertad de expresión” ha puesto el grito en el
cielo. Pero esto sienta un buen precedente y es un agradable golpe propinado
hacia un pasquín que debería ser quemado en una plaza pública y con televisación
en directo, para escarmiento de los “librepensadores” o más bien “libres
prensadores” que persiguen a los que defienden la libertad de la verdad.
“Vivamos la milicia del cristianismo con buen humor
de guerrillero, no con hosquedad de guarnición sitiada”.
Nicolás Gómez Dávila
“Estoy inaugurando en la Argentina la literatura anticlericalosa. En todos los países católicos existe y aquí es una vergüenza. Los eclesiásticos, como toda sociedad humana, tienen sus defectos, abusos y ridiculeces y si no existe un contraveneno, el córrigo-ridendo-mores, campan con todos sus respetos, como una murga cualquiera”.
Padre Leonardo Castellani