Vengo
de mis soledades
Para
sacudir la pereza
Con
el trajín y viveza
De
las alegres ciudades.
¡Oh,
feria de vanidades!
¡Oh,
bazares de mujeres!
¡Ingeniosos
artificios,
Antesala
de los vicios
Y
lonja de los placeres!
¡Qué
de pedantes hinchados,
Qué
de altivos mandarines
Y
ociosos parlanchines
Con
ínfulas de letrados!
¡Qué
de tontos disfrazados
De
sapiencia y arrogancia!
¡Qué
generosa abundancia
De
petulancia y licencia!
¡Cómo
progresa la ciencia…
De la
atrevida ignorancia!
Las
lecciones de la Historia
Lecciones
son de humildad,
Los
hombres de esta edad
Tienen
flaca la memoria.
Juzgan
que sube su gloria
Porque
vuelan en aeroplano;
Presume
el orgullo humano,
Con
aires de fanfarrón,
Que
por la nueva invención
Ya
tiene el cielo en la mano.
Que
hoy el afán nos consume
De
preñar la calavera;
Ya no
hay cerrada mollera
Que
de ciencia no rezume.
Ya
todo el mundo presume
De
sutil sabiduría;
La
noble filosofía
Vive
en la plaza y en cueros;
Hogaño,
hasta los barberos
Estudian
Sociología…
¡Oh
ferias de vanidades!
¡Oh,
bazar de felonías,
Mercado
de lencerías
Y
almacén de liviandades!
Me
vuelo a mis soledades,
Que
en mi apacible jardín,
Fuera
del loco trajín
De
esta caterva de abantos,
¡Me
río de los encantos
Del
trapacero Merlín!
A mis
soledades voy
Aburrido
de esta farsa,
De la
estúpida comparsa
De
los bachilleres de hoy.
Voyme,
pues tan harto estoy
De
histriones y de facetas,
Parlanchines
e indiscretos
Con
ínfulas de letrados…
¡Que
me vuelvo a mis cercados
En
busca de analfabetos!