Pflugie y Bernie fueron de visita a Roma. El asistente de Bernie llevaba un ramillete de regalo para Benedict. Aunque no lo parezca, ambos iban muy contentos. |
-¡Oh, pero espera, Bernie! Mira lo que dice acá... |
-¡Ja, ja, ja! No te preocupes, Pflugie. No pasa nada. Ya he hablado con Benedict... |
-Está todo arreglado. Nos dejarán entrar, ja, ja, ja... ¡¡¡Riiiiiiiiiinnng!!! |
-¡Hum! |