1)
Primero,
tenemos al dócil hortera de los felecistas de Martínez, con su infaltable
vocación acuerdista (su anhelo continuo de un “reconocimiento” parece
manifestar un angustiante complejo de
inferioridad), que como buen hombre-masa reacciona siempre afectivamente,
con el desenfreno de quien se siente acosado, incapaz de un sereno y juicioso análisis.
Esta vez sube a su blog la reciente bula francisquista sobre la
misericordia, pero la sube sin el menor comentario, aclaración, advertencia o
crítica. Y se trata de un documento modernista, hábil en su confusionismo, en
la manipulación de los conceptos y falsificación de la doctrina. Un documento
que vuelve a insistir con el Vaticano II y hasta retoma el discurso inaugural
de Juan XXIII. Si hasta los conservadores se han ocupado
de señalar estas revulsivas notas del documento. Pero no, Pericón feleísta
pareciera compartir el optimismo de una nueva primavera, esta vez en la Frater.
De allí que posteriormente diga en otra entrada, esta en relación al reconocimiento jurídico de la Neo-FSSPX:
Seguramente un gesto de buena voluntad del cardenal primado,
al que no puede ser ajeno el mismo sumo pontífice romano, ha removido
obstáculos que por largo tiempo mantuvieron la obra fundada por S.E.R. Monseñor
Marcel Lefebvre sin ese reconocimiento estatal tan útil para el apostolado. Una
marginación que era del agrado de los llamados "progresistas"
No es hora de curiosos e inconstantes, de esos que pican por
aquí y por allá buscando novedades y chismes, sino de fieles que confían en una
obra que permanece enhiesta en el tiempo, pese a los golpes recibidos de
enemigos y traidores, y que es el tutor con que la Iglesia cuenta para
mantenerse en pie cuando se sacuden tan fuertemente sus cimientos.
Damos nuestra fervorosa bienvenida a la medida administrativa
de referencia. No pende de ella nuestra salvación, pero remueve un obstáculo y
abre puertas al apostolado. La Fraternidad no es una "cosa nostra"
sino un bien que pertenece a toda la Iglesia, y debe servir a toda la Iglesia,
ser un faro que alumbre en tiempos de oscuridad, de una oscuridad que cubre al
mismo sumo pontificado.
Por lo que vemos,
considera al Cardenal Poli y al mismo Francisco como “no progresistas”, o sea,
como si dijéramos, conservadores. Fervorosa bienvenida da, entonces, al
tentáculo de la Sinagoga, a la iglesia masónica y sodomítica. Como si todo lo que dijo y por lo que peleó y
sufrió Mons. Lefebvre, hubiese sido en vano.
Nos parece que no le
cabe otra explicación a este declive de la FSSPX que esta:
“Quien
despacha para sus negocios
un
mensajero tonto,
se
corta los pies,
y
se bebe la pena de su pecado”
(Prov. 26,6)
Kyrie Eleison
Kyrie Eleison
2)
Mientras
tanto, en otro blog colocan el titular e imagen arriba mostrados, al parecer
sin ironías, pues el mismo responsable de ese espacio, desde un sofá y tomando
whisky, tal se lo ve, confiesa en un comentario lo que sigue:
Wanderer dijo...
Anónimo de las 10:36: Con
el mayor respeto y aprecio, permítame que le diga lo siguiente: el problema es
de ambos, como bien usted afirma. Pero de parte de "ustedes", fíjese
lo que usted dice: " hoy cualquiera se hace lefe". La cuestión está
mal planteada. Nadie dice: "hoy cualquiera se hace la parroquia tal o cual".
Somos católicos, y es suficiente. Yo voy
a la Misa "lefe" porque es la Misa que la Iglesia latina celebró
durante más de mil quinientos años, y nunca me importó si estuvieron
excomulgados, suspendidos o lo que fuere. Voy desde hace décadas, no porque
"sea lefe", que nunca lo fui, sino porque soy católico. Y cuando no me ha queda
otra, voy a misas novus ordo, tratando de buscar las más decentes, por eso mismo: porque soy
católico. Y un par de veces me ha pasado de estar en misas
nuevas, que eran un festival, y me he ido "sin cumplir con el
precepto", y lo hice porque soy católico y esas celebraciones no lo eran.
¿Cuál es el problema de ir a una misa celebrada por miembros de la Fraternidad? Algunos dirán que muchos de los que van allí son cismáticos, y es verdad, pero en la misas novus ordo muchos de los que van ni siquiera tienen fe. Otros dirán que los lefes tienen espíritu de secta, y en cierto ambientes es verdad, pero en muchas parroquias oficiales pasa otro tanto. Es decir, no veo, y no entiendo a los que ven, problemas en asistir a las misas de la Frat.
Yo voy desde hace años y nunca "me manché de lefebvrismo".
¿Cuál es el problema de ir a una misa celebrada por miembros de la Fraternidad? Algunos dirán que muchos de los que van allí son cismáticos, y es verdad, pero en la misas novus ordo muchos de los que van ni siquiera tienen fe. Otros dirán que los lefes tienen espíritu de secta, y en cierto ambientes es verdad, pero en muchas parroquias oficiales pasa otro tanto. Es decir, no veo, y no entiendo a los que ven, problemas en asistir a las misas de la Frat.
Yo voy desde hace años y nunca "me manché de lefebvrismo".
Lógicamente,
no se “manchó” de lefebvirsmo simplemente porque no lo entendió a Mons. Lefebvre,
eso en el caso de que lo haya leído. Y no sólo no entendió el problema
litúrgico (claro, también debe alternar entre el whisky de primera con el
aguarrás, suponemos), sino que, habituado a escarnecer -muchas veces con
inteligencia y agudeza- a Francisco, ahora resulta que para él este
reconocimiento sería sólo una cuestión administrativa, surgida vaya uno a saber
por qué de la benevolencia del Cardenal Poli. Oh, seudo maestros de la web…
Por cierto en
uno de los comentarios anclados a la nota, un neo-fraternitario desde Chile
afirma:
david dijo...
Wanderer,
concuerdo contigo. Respecto a los “recalcitrantes”, al menos en Chile son poquísimos
y de esos poquísimos la mayoría se mandó cambiar a donde Williamson o algún
“cobertizo” (parafraseando a Bergolgio) sedevacantista, es decir, a la nada
misma. De hecho, cada semana aparece una que otra persona aislada o familia
nueva interesada en “esto de la tradición”… por algo se parte.
Sobre los “línea media”, el problema con esa gente es que muchos (también en la FSSPX) se mueven por un mero fetichismo litúrgico-estético, y con gusto morirían en el Novus Ordu celebrado con canto gregoriano y ojalá con alguna casulla del siglo XII. Quizás todavía sueñan con los años gloriosos del juanpaulismo, con Maciel de modelo para la juventud y Michael Novak glosando la Centesimus Annus.
Ojo que hay excepciones: por ejemplo un sacerdote de la F. San Pedro (tan denostada años ha por los lefes estrictos) me manifestó que hasta ahora nunca se ha visto presionado a celebrar la “misa nueva” y que jamás aceptaría hacerlo. Veo en la red que muchos “conservadores” están perdiendo el miedo. Dios por algo hace las cosas.
Sobre los “línea media”, el problema con esa gente es que muchos (también en la FSSPX) se mueven por un mero fetichismo litúrgico-estético, y con gusto morirían en el Novus Ordu celebrado con canto gregoriano y ojalá con alguna casulla del siglo XII. Quizás todavía sueñan con los años gloriosos del juanpaulismo, con Maciel de modelo para la juventud y Michael Novak glosando la Centesimus Annus.
Ojo que hay excepciones: por ejemplo un sacerdote de la F. San Pedro (tan denostada años ha por los lefes estrictos) me manifestó que hasta ahora nunca se ha visto presionado a celebrar la “misa nueva” y que jamás aceptaría hacerlo. Veo en la red que muchos “conservadores” están perdiendo el miedo. Dios por algo hace las cosas.
Habría que
decirle a este David al parecer interesado en el número (la verdad no la hace
el número, sabía? Un católico firme vale por ¿cuántos miles o millones de
liberales pusilánimes?), que los fraternitarios chilenos que vemos en una
procesión publicitada acá,
no son precisamente muchísimos, ni muchos, ni abundantes: son un puñado que ni
siquiera portan un crucifijo, ni estandarte de la congregación, pero sí una
nuevita bandera vaticana. Y adonde se dirigen precisamente es a la nada
modernista, a la iglesia conciliar de la apostasía y el culto del hombre,
forjada por la vileza de unos pocos y la cobardía de multitud de obedientes a
los hombres antes que a Dios.
La Frat. San Pedro
fue denostada no por los “lefes estrictos”, sino por el mismo Mons. Lefebvre y
la congregación en su posición oficial, pues surgió con “más que cuestionables principios
(…): 1) La Iglesia Conciliar es la Iglesia Católica (sólo lo es en la medida en
que coincida con la Iglesia preconciliar); 2)el papa puede excomulgar a un
obispo que hace cuanto puede para perpetuar un episcopado ortodoxo, sabiendo que
Roma no lo garantiza; 3)la Iglesia Conciliar tiene poder para prohibir la Misa
de siempre (puesto que el Novus Ordo Missae no es una nueva forma de él),
autorizarla sólo a quienes acepten las mismas novedosas orientaciones en la
Iglesia conciliar (en vida, creencias, estructuras, etc), y a declarar no
católicos a quienes la niegan de palabra o de obra;4) una Iglesia, que se
confiesa en comunión con cualquiera que se llame a sí mismo “cristiano” (Lumen Gentium
n.15 o Unitatis redintegratio n.3), puede declararse fuera de la comunión con
católicos cuyo único crimen es querer seguir siendo católicos, y seguir siendo
católica ella misma (…) Así pues, son católicos conciliares, y no católicos
tradicionalistas” (Breviario sobre la Hermandad de San Pío X, publicación que
resume la posición oficial de la congregación, editada en Madrid por Si Si No No, año 1998). La FSSP nació de
la traición y allí se ha quedado. Pero parece que los neo-fraternitarios de hoy
desconocen la posición de Mons. Lefebvre y la historia de la misma Fraternidad. Deberían leer un poco antes de largarse a hablar.