Al astrómono judeo-yanqui William Hartmann se le prendieron las lamparitas
y montones de pajaritos le revolotearon en la cabeza, por lo que creyó
encontrar la explicación que “revolucionaría” el Cristianismo. Hete aquí su “descubrimiento”:
“Explica en un
trabajo publicado en la revista 'Meteoritics and Planetary Science' que lo que
inspiró a san Pablo a seguir a Jesucristo pudo haber sido un meteorito”.
Hartmann
considera que el meteorito que cayó en Cheliábinsk, Rusia, en 2013, podría ser
un buen ejemplo de lo que experimentó san Pablo. Al mismo tiempo, el científico
subraya que no tiene la intención de desacreditar el cristianismo con su
interpretación, simplemente quiere mostrar cómo un meteorito pudo haber
cambiado el rumbo de la religión.
El cristianismo
probablemente sería muy diferente sin ese acontecimiento, consideran muchos
expertos.
Algunos
científicos opinan que el hallazgo de los restos de un meteorito en Siria
podría demostrar la teoría de Hartmann.(De acá)
El insigne astrosabio
recibe su merecido.