El
último Comentario
Eleison finaliza explicando la lógica de los conciliares, de una forma tal
en que quizás pretendidos super-tradis puedan dar vuelta la cuestión hacia sus
siempre urgidas sospechas, de modo que al no presentarse las cosas claras como
se deben, cada cual lleve agua para su molino.
Pero
la interpretación de la lógica de los romanos conciliares no desdice de la
realidad: éstos buscan que el pescadito fraternitario pase del estanque al mar
romano, en determinadas condiciones, y no otras. A pesar de su carácter
diferencial, para ser admitidos en Roma, la carta de ciudadanía viene dada por
la aceptación de la “Constitución” que viene a ser el “Vaticano II”
incuestionable. Mons. Fellay ya hace años que aflojó al respecto y ha tenido
otro gesto recientemente en el último “Cor Unum” dirigido a los miembros de la
FSSPX, para que los sacerdotes no
critiquen todos los domingos el Vaticano II (contenido implícito de su
mensaje). De manera tal que habiendo entendido Mons. Fellay cuál es el asunto a
resolver para obtener el reconocimiento de Roma que sigue reclamando, los
romanos buscan asegurarse que esta comprensión sea efectivizada mediante un
preámbulo doctrinal, cosa que intentaron en el 2012 pero que, dadas las
circunstancias de entonces en la FSSPX, como el mismo Mons. Fellay admitió, tal
preámbulo no se pudo hacer pasar. Hoy se insiste con lo mismo, sobre lo cual no
han dejado de trabajar ambas partes. Ahora bien, ¿lo dicho significaría que de
haber un reconocimiento unilateral y sin condiciones de parte de Roma, la FSSPX
sería un “Caballo de Troya” dentro de Roma? Los romanos conciliares no son
tontos y saben que para mostrar que son ellos quienes mandan, han de poner
condiciones a los fraternitarios fellecistas. Que esas condiciones se den a
conocer o no, esa es otra cuestión (pero está claro que se efectivizarán en los hechos, como la negación del deicidio por el Superior de distrito de América del Sur). Pero lo claro es que Roma no incorporará a
su shopping ecuménico a un caballo de Troya, sino que se asegurará de poder
exhibir en sus vitrinas un exótico caballito de mar. Desde luego que las ambigüedades
muy ingeniosas de los romanos –como ya se ha visto en la declaración doctrinal
de 2012 de Mons. Felé, defendida por muchos en la Neo-FSSPX-, hará creer a los
incautos y necios que se está hablando de un caballo, cuando en realidad será
un pescado el que estará cayendo en la red del “encuentro” bergoliano conciliar.