No me gustan los santos sin poder de
ironía. Quizá todos los santos han sido ironistas, ocultos muchos dellos.
Los jóvenes y las mujeres no están
hechos para la política.
La democracia trae la demagogia y la
demagogia trae el dictador. Y a éste le ponen nombres que significan lo
contrario: libertad, igualdad, gobierno del pueblo.
La democracia no fue barrida por
Petain, Maurras y Brassilach; menos va a ser barrida por nosotros. Aquí sólo
puede barrerla Jesucristo.
Esta Orden en su primera parte fue algo
grandioso. Ahora yo he estado 30 años, conozco 7 “Provincias” della y he hallado
muchos hombres honrados, cultos y bondadosos; pero santos ninguno.
El periodismo es una de las calamidades
irremediables desta época.