No hace falta
más que revisar un poco al boleo los enlaces de diversos sitios y blogs católicos
para darse cuenta que es cada vez más numerosa la cantidad de Campeones de la
verdad que pululan por la internet. ¡Cuántos apóstoles de la palabra! ¡Cuántos
maestros! Ah, pero, ¿es tan así? No, por el contrario, el libertinaje que
permite y facilita la Internet hace que cualquiera se siente frente a la
pantalla y teclee sin discernimiento ni supervisión alguna por parte de
personas sabias y juiciosas (algo así como un jefe editor) lo primero que su
calenturienta mente le dicte. Tenemos acá un caso concreto para ilustrar lo que
decimos.
Una especie de
amigote de la Radio Cerianidad, que
sigue sus siempre tan equilibradas y sabias enseñanzas, se la toma con
Francisco, quien por supuesto hace todo lo posible con sus escándalos para que
semejantes reacciones sucedan. Ahora bien, lo que hace este bloguero es
maldecirlo, y muy efusivamente, como puede verse en la imagen de captura que
mostramos:
Pues bien, le
recordamos a este super-católico la doctrina moral de la Iglesia, a la cual
dice defender:
“No
siendo lícito desear el mal al enemigo, tampoco lo es maldecirle. La
maldición es, de suyo, pecado mortal contra la caridad, a la
que se opone directamente. Sin embargo, en la práctica, muchas veces no pasa de
pecado venial, ya sea por parvedad de materia o por imperfección del acto. Con
frecuencia esas maldiciones son efecto de una ira momentánea y no se dicen ni
desean en serio. No obstante, es obligatorio abstenerse de ellas y corregir con
energía esa mala costumbre, por razón del escándalo y de otros muchos
inconvenientes que llevan consigo. Volveremos sobre esto al explicar el octavo
mandamiento del decálogo (cf. n.823-24).”
(TEOLOGÍA MORAL PARA SEGLARES. MORAL FUNDAMENTAL Y
ESPECIAL Por el Rvdo. P. Antonio Royo Marín, O.P.)
Exagera además
este señor al decir que todas las homilías de Francisco son panfletos
comunistas donde no hay una sola verdad del Evangelio. Está claro el escandaloso
super modernismo de Francisco, pero también lo está que de vez en cuando dice
alguna verdad del Evangelio que es precisamente lo que hace que los menos
avisados lo crean un pontífice católico. Este señor evidentemente no ha leído o
escuchado todas las homilías de Francisco. Desde luego que coincidimos en
general en su condena y los motivos para hacerlo en su artículo, pero hay que
defender la verdad con buenas armas, pues sino se cae en lo mismo de que se
acusa al otro.
Por otra
parte, sube el artículo del Padre Ceriani que critica la mención de Mons. Williamson
de “los hombres de la Iglesia”, pero este bloguero reconoce en su artículo
maldiciente a la jerarquía de la Iglesia ya que dice que Francisco “está
amparado por toda la Jerarquía de la Iglesia”. Entonces, si contradice en ello
las afirmaciones de Ceriani, ¿para qué sube su artículo?
No, en ese
campeonato de grandes atletas, paladines y quijotes pasados de rosca no queremos competir. Simplemente avisamos: cuando
se pierde la caridad se termina perdiendo la verdad. No seamos como “címbalo
que retiñe”, nos advirtió San Pablo. ¡Que le saquen buen provecho!