El
rebuzno del pájaro bobo
Es interesante
conocer el comportamiento de ciertas aves. Los pingüinos, por ejemplo, según
nos informa una página relativa a tal especie, “se comunican por un
comportamiento ritual complejo, como por ejemplo, un movimiento ondulante de la
cabeza, llamado, inclinación, gesticulación y acicalamiento de plumas. Las disputas territoriales conducen a
posturas agresivas tales como miradas fijas al oponente, indicaciones, cargas y
golpes con las aletas. Los rituales de cortejo incluyen el llamado
"exhibiciones estáticas" en donde el ave, normalmente un macho no aparejado, infla su pecho varias veces y con su cabeza estirada hacia arriba y
moviendo las aletas, emite un sonido fuerte similar a un rebuzno; esto
puede resultar en un trompeteo de otros machos. Se cree que esta acción sirve
para ayudar a sincronizar el ciclo de apareamiento. Los pingüinos graznan, por
lo tanto se comunican con graznidos y para su apareamiento con una danza”.
Lo curioso es ver a
veces ese mismo comportamiento reproducido en seres humanos que sin asumir sus
posturas agresivas debido a disputas territoriales, inflan el pecho y se lanzan
a escribir o graznar conclusiones antojadizas que les sirven precisamente para
intentar llevar agua para su molino, es decir, intentar demostrar que más que
pájaros bobos son pingüinos rey o pingüinos emperador, es decir, super-tradis. Se trata solamente de la
petulancia propia de quienes no pudiendo volar, buscan destacarse de algún otro
modo.
Así el tal
Osko ceriánico sale cada tanto de su cueva moviendo las aletas y diciendo cosas
como estas:
“El apego de los FALSOS RESISTENTES a las
“estructuras” (similar al de los llamados “conservadores” de la sempiterna
“línea media”) es exactamente del mismo tenor y nivel que la mirada final de la
mujer de Lot hacía Sodoma.
Contumaces nostálgicos de las estructuras
eclesiásticas; de los oropeles; de las sotanas de interminables líneas de
botones rojos; de las rutilantes capas cardenalicias agitadas por el viento;
del boato y la pompa; del antiguo esplendor; ellos continúan añorando una época
irremisiblemente lejana y que ya no volverá jamás; como si la APOSTASÍA ACTUAL
Y FINAL, fuese una mera TRANSICIÓN previa a una fantasmagórica RESTAURACIÓN.”
A ver, pájaro
que no vuelas, si tanto apego tienen los “falsos resistentes” a las
“estructuras”, ¿cómo es que todavía no se han dado una a ellos mismos? Si los
“falsos resistentes” miran hacia Roma nostálgicamente, ¿por qué no se quedaron
todos dentro de la FSSPX donde estaban más cerca de ella, y por qué luchó Mons.
Williamson por desbaratar ese casi acuerdo que estaba listo a mediados del
2012? Se hubiesen quedado todos tranquilos y hoy estarían mirando Roma bien de
cerca y sin “nostalgia”. Sin embargo fueron expulsados por resistir
precisamente a aquello. Si los “falsos resistentes” son “contumaces nostálgicos de las estructuras eclesiásticas; de los
oropeles; de las sotanas de interminables líneas de botones rojos; de las
rutilantes capas cardenalicias agitadas por el viento; del boato y la pompa;
del antiguo esplendor” ¿por qué se presentan gozosamente viviendo en la pobreza, portando sotanas gastadas por
el paso del tiempo, dando misa con apenas lo indispensable, y criticando además
todo ese orgullo ostentatorio de los línea media que ha obnubilado también a la
Neo-Fraternidad?
Por si fuera
poco, este pájaro desestima a la Sma. Virgen al decir “Y todo este dislate,
consecuencia de la recurrente “apuesta” episcopal en una ilusoria, irreal y
absurda esperanza en una nueva “Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón”. Al
hablar de una “nueva” Consagración de Rusia, ¿quiere decir que ya se hizo? Pero
no se hizo en la forma que la pidió la Sma. Virgen, por lo tanto está pendiente
de hacer.
La verdad
aunque duela, es que ni siquiera una muerte trágica como la de su mentor radial
le hace reflexionar un poco y advertir que no se juega con la verdad y no se
puede seguir difamando, mintiendo, insultando irresponsablemente, pues nada de esto queda
impune y podemos ser llamados de un momento a otro al juicio de Nuestro Señor.
¡Ojalá lo aprendan!