De acá
Un furibundo lector me anoticia, en
términos bastante soeces, sobre un librejo del Arzobispo “Tucho”
Fernández, rector de la ex Universidad, ex Católica, ex
Argentina, Sáname con tu boca – El arte de besar, aparecido en 1996
y que la Editorial publicita así:
“En estas páginas, el autor
destaca la importancia del beso como sostén de las relaciones tanto
amorosas como afectivas, a la vez que enseña al lector a
besar mejor”, agregando un comentario del mismo “Tucho”:
“Te aclaro que este libro no
está escrito tanto desde mi propia experiencia, sino desde la vida de la gente
que besa. Y en estas páginas quiero sintetizar el sentimiento popular,
lo que siente la gente cuando piensa en un beso, lo que experimentan los
mortales cuando besan. Para eso charlé largamente con muchas
personas que tienen abundante experiencia en el tema, y también con muchos
jóvenes que aprenden a besar a su manera. Además consulté muchos
libros, y quise mostrar cómo hablan los poetas sobre el beso. Así,
tratando de sintetizar la inmensa riqueza de la vida, salieron estas páginas a
favor del beso. Espero que te ayuden a besar mejor, que te motiven a
liberar lo mejor de tu ser en un beso”.
Como el licencioso engendro está
agotado, sugiero al Arzobispo, Rector y Osculador una segunda edición en la que
1) Nos transmita “su propia
experiencia”;
2) Nos relate si en alguna
de ellas recitó -o le fueron recitados al oído- versos sobre besos y qué clase
de besos recibió y de quién;
3) nos detalle
si algunos besos suyos fueron “liberadores” de “lo mejor de su ser”;
4) y, sumamente importante, lo
que pasó después de la “liberación”.
Me pregunto qué esperan los profesores
de la ex UCA -los pocos buenos que todavía sobreviven- para dar un golpe y
mandar a este perturbado a la mismísima mierda. En Roma su padrino Francisco le
brindará seguro refugio.
Los besos de
Francisco son kosher:
Besando manos y contemplando una maqueta del templo de Jerusalén que seguramente ocupará el Anticristo cuando esté reconstruido.
He aquí otro experto
en el arte de besar, dando su último beso: