El alfaquí radial enseña a machetazos
Del último opus meramiano. Comenta nuestro Redactor en jefe en rojo (no de sangre, ojo):
“Una vez más en su Eleison n° 387, Monseñor
Williamson insiste obsesivamente en su erróneo punto de vista argumentando
indebidamente para justificarlo, actitud con la cual no hace más que debilitar
y confundir a los fieles que resisten a la Roma apóstata; más le valiera no
hablar ni escribir, puesto que no hace más que aumentar la confusión en los
pocos fieles que aún quedan. Miren quién habla, el
“Gran Doctor” indisciplinado que no obedece el decreto de la Santa Sede
(Suprema Congregación del Santo Oficio, Julio 1944) porque es “disciplinar” y
no “doctrinal” (pamplinas, es obviamente disciplinar y doctrinal a la vez),
cuando el decreto afirma que “el
sistema del Milenarismo mitigado no puede enseñarse sin peligro”, por lo cual el P.
Méramo está poniendo en peligro a quienes lo escuchan enseñando el milenarismo.
Es el cura que sembró confusión y difamó a Mons. Williamson difundiendo un
“informe” fantástico sobre él, y cuando recientemente un artículo demolió toda
la fantasía de tales argumentos, este cura hizo “mutis por el foro” en vez de
disculparse por lo menos ante los lectores por difundir “fantaciencia” sin
ningún fundamento serio y probado, llenándole la cabeza a sus lectores de
calumniosos argumentos. Es el “Maestro” que enseña que no debe hacerse la
Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado, como pidió Ntra. Sra., como
siempre recalcó la Hna. Lucía y como siempre afirmó Mons. Lefebvre.
Por lo visto Monseñor Williamson, por más que
distinga no hace sino confundir, puesto que para distinguir hay que tener la
luz de la inteligencia bien formada filosófica y teológicamente hablando (“como la tengo yo”, le falta decir, ¿no es cierto?). No es precisamente con literatura y música que
esto se logra (…)
Si de distinciones necesarias se trata (como él
pretende), la lengua latina es muy precisa y concisa, con la ventaja además de
no verse modificada en su significación con el transcurso del tiempo,
justamente por ser una lengua muerta. En latín no es lo mismo hic (este), que
hoc (esto).
(…)
Por eso, decir en la
traducción del Eleison al español (aunque esto en inglés no se percibe): ¡entonces el error es del traductor, no de Mons. Williamson! “Este
es mi cuerpo, es ciertamente válido”, es no tener ni idea de la teología sacramental y
desconocer por completo a Santo Tomás, pues es justamente lo contrario, ya que
esa fórmula sacramental es ciertamente inválida; aquí tenemos otro despiste más
de Monseñor Williamson y no en cosa de poca monta. Dicho sea de paso, la gran
mayoría de los misales en español para los fieles adolecen del mismo grave
error por desconocimiento teológico.
De otra parte si vamos a la forma
sacramental de la consagración del vino, es falso lo que afirma Monseñor Williamson
al decir: “Este es el cáliz de mi sangre, es lo más probable que sea
válido”, pues no se trata de si es más probable o menos probable, se
trata de si es o no es, y ciertamente no son válidas esas solas palabras, si
nos atenemos a lo que dice Santo Tomás y a la teología sacramental, pues no se
trata de la sola sangre (de la conversión de la substancia del vino en la
sangre de Cristo, como quien dice de la sangre que le circula por las venas)
sino de la sangre derramada, por nosotros, en la Cruz, lo cual es muy distinto,
es decir, no se trata solamente de la sangre como sustancia sino además de la
sangre derramada, esto es, de la efusión de la sangre efectuada por la muerte
de Nuestro Señor en la Cruz. Santo Tomás dice que esa
sola frase no basta, aunque otros teólogos aprobados dicen que sí. No obstante,
Mons. Williamson no está diciendo que esas palabras solas basten para la
validez.
(…)
Entrenamiento en la Radio: sin espadas, claro.
Todos admiten que el nuevo rito de
la Misa es al menos equívoco o ambiguo y esto tanto en el rito ceremonial
cuanto en el rito esencial; luego, si nos atenemos a la teología sacramental,
es evidente que la conclusión que se impone es que no puede haber un rito de la
Misa ambiguo en lo esencial, ya que de serlo, éste sería inválido por el hecho
de que las palabras esenciales de la consagración no significan la gracia que
produce; luego con este solo argumento se puede afirmar que la Nueva Misa, al
ser ambigua, es inválida. Acá está el sofisma. Que la misa nueva sea inválida es algo
que jamás dijo Mons. Lefebvre ni nadie en la FSSPX. El P. Méramo no hace las
debidas distinciones, resultando ambigua
o imprecisa y vaga su argumentación. Incurre en lo mismo que critica
furiosamente. La ambigüedad, en el rito de la nueva misa, puede darse en dos
elementos necesarios para la validez: fórmula e intención, pues el tercer
elemento, la materia, no se puede calificar de ambiguo.
A)
En cuanto a la fórmula, los teólogos de la FSSPX consideran que la
consagración del pan es válida y la del vino es dudosa:
“Tomad y comed todos
de él, porque esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros”. Lo que está subrayado
es esencial y se conserva en el N.O.
“Tomad y bebed todos
de él porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y
eterna que será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los
pecados. Haced esto en conmemoración mía”. La parte esencial es la subrayada,
donde falta la frase “Mysterium fidei”, y esa omisión puede invalidar.
B)
En cuanto a la intención, la ambigüedad del Novus Ordo puede invalidar.
Comentario del P. calderón en su curso de Teología dogmática: “En el Novus Ordo
Missae, en la medida en que tiende a presentar la institución y las palabras de
la forma como un relato teatralizado de lo hecho por Cristo en la Última cena,
en esa misma medida tiende a la invalidez, por no presentar las palabras como
forma aplicada actualmente a tal materia”. Una cosa es hacer tender a la
validez y otra cosa es invalidar.
Vemos así cuán lejos está Monseñor Williamson de
dar luz, teológicamente hablando, y con sus argumentos debilita la oposición y
resistencia a la Nueva Misa, que para él es sin lugar a duda, válida, siendo
que teológicamente sería inválida. Falso.
(…)
Lo que si queda claro es que Mons. Williamson no es
un Obispo teológicamente confiable, puesto que le gustan los árboles “medio
medio” (medio bueno y medio malo) falso y se inclina decididamente por el color gris, lo
menos que podemos decir, es que es un Obispo “medio medio” y que es al parecer
un cerebro gris que favorece la Revolución anticristiana de la Roma apóstata la
cual legitima y convalida con sus distinciones “medio medio” grises. Disparate Sin embargo Nuestro Señor nos dice: “Diréis: Sí,
sí; No, no. Todo lo demás, viene del Maligno” Mt. 5, 37. Bien, apliquémosle a él mismo el
Evangelio: “No queráis teneros dentro de vosotros mismos por sabios” (Rom.
12,16) y, con respecto a los fieles y los sencillos no avisados ni “curtidos”
de teología a quienes desprecia constantemente: “Tratad con caridad al que
todavía es flaco en la fe sin andar en disputas de opiniones” (Rom. 14,1).