EL
EXTRAÑO LINAJE DE LOS WILLIAMSON
Por Doug Basil Renfield y Dorothy Grapefruit
Los
autores son un matrimonio de académicos que por años han dado clases de
literatura en la preparatoria de la Loughborough University. Renfield es además
periodista de “Railway Folks” y Dorothy es hija y heredera del destacado
empresario frutihortícola J. D. Grapefruit, tiene además un doctorado en
Historia Renacentista y ha sido campeona nacional de ballesta. Ambos son
especialistas en heráldica británica y suelen ir a la liturgia en latín del
condado de Barwell, cuando no pueden ir a Wigston. Su dossier sobre los
Williamson ha circulado en diversos círculos de sedevacantistas de la
Commonwealth, en el boletín “Catholic Autentic News” y en el Magazine
“Scholar’s Kingdom”. Ha sido traducido al español por el Sr. Jürgen Navarro de Canelones,
Uruguay. CRM lo presenta en exclusiva por primera vez al público de habla
española.
Primera
parte
¿Qué
nos llevó a estudiar el linaje del obispo Williamson?
Afirma
Dorothy: “Mi marido y yo somos muy lectores y debido a nuestro poliglotismo
prestamos atención a sitios de internet de diferentes lugares del mundo. Cierta
vez nos llamó la atención un sitio que parecía muy interesante y muy serio que
se llama “Radio Cerianidad”. Advertimos que le dedicaban varias entradas incluso
diariamente, casi de manera obsesiva, por lo que dedujimos que este obispo
sería importante. Nosotros no estamos familiarizados con las diversas
posiciones teológicas que parece haber en juego, pero sin dudas vimos que allí
había algo importante por lo que este obispo merecía ser investigado.
Además
de ese sitio web –acota Mr. Renfield que se suma a la entrevista previa-
tuvimos en cuenta otros sitios muy serios que nos proporcionaron información de
contenido muy sazonado y candente, por decirlo de alguna forma periodística. Se
trata de “Foro Caótico” y “Milenarium Christi”. Nos llamó la atención el tono
mesurado y equilibrado con que esos periodistas de habla hispana despliegan su
saber. Con todo ese material circulante en la red, no podíamos negarnos a
iniciar nuestra propia investigación, ya que teníamos una buena y sólida base
de sustentación.
Nosotros
conocíamos a los Williamson de Brighto –continúa Dorothy-, que estaban
relacionados con familiares directos del obispo. Por lo tanto teníamos algunas
referencias acerca de él. Por ejemplo, nos encontrábamos casualmente en un
concierto en el Albert Parker Hall con ellos, luego íbamos a cenar y allí entre
bocadillo y bocadillo nos llegaban datos muy jugosos, casi tanto como nuestros beefsteacks.
Doug
Basil apunta que él siempre se interesó en el esoterismo cripto-cristiano que
derivó en una forma de nazismo oculta, como la que salió a relucir en las
declaraciones controvertidas del obispo inglés a la televisión sueca. Pero no
fue sino hasta que dio con la susodicha “Radio Cerianidad” que pudo comprender
bien qué clase de malévolo individuo tenían entre manos. Lo demás fue cuestión
de investigar, uniendo cabos. Bastaba tirar del hilo para asir el resto del
ovillo.
¿Quién es
Mons. Richard Williamson?
Los orígenes del obispo Richard Williamson nos
ayudarán a comprender estas escandalosas declaraciones.
Lefebvrista de la primera hora, hoy recalcitrante
e inadaptado, debió ser expulsado por sus colegas de religión.
Imagen que representa bien las ideas del obispo de
Kent. Sus detractores latinoamericanos lo sindican como un acuerdista que tramó
un secreto pacto con el papa Ratzinger, lo cual veríase confirmado en esta
imagen simbólica.
Datos biográficos:
Como
afirman los historiadores más destacados, Williamson “ha tenido un cuidado
extremo en esconder cualquier información referente a su nacimiento, padres,
infancia y primeros años de vida adulta, por lo que nos encontramos con
distintas versiones no necesariamente coincidentes”. A completar este
rompecabezas se agrega nuestro humilde expediente secreto.
Richard
Nelson Williamson fue expulsado del vientre de su madre el 8 de marzo de 1940,
al mismo tiempo que una delegación finesa viajaba a Moscú para redactar un tratado
de paz, que fue firmado finalmente el 13 de marzo del mismo año, concluyendo la
guerra para Finlandia a las 11 de la mañana de ese día. Según algunos, Ricky (como sería
llamado siendo muy pequeño) nació en un lugar indeterminado del Buckinghamshire
(quizás Beaconsfield), y en un igualmente imprecisable lugar de Londres, según
otros. Debido a los bombardeos alemanes y al secretismo del obispo no se ha
podido acceder a ningún documento fehaciente. Lo que sí sabemos es que ni los
ruidos de las sirenas ni las bombas explotando sobre las azoteas inglesas detuvieron
el grito anormalmente furioso con que su madre lo recibió a este convulsionado
mundo. Quizás no sea más que una leyenda urbana, pero lo cierto es que la misma
perdura pese al paso del tiempo.
Vayamos
ahora a descubrir de dónde vino este vástago de la casta Williamson.
Linaje
paterno:
Hasta
donde se ha podido verificar verazmente –recordamos que esta es una
investigación científica y por lo tanto no inventamos nada- la rama paterna del
obispo puso sus pies en la era moderna con el respetable Frank M. Williamson,
su bisabuelo. Hombre honesto y probo dedicado a la venta de carruajes, sin
embargo hubo un hecho trágico que cambió su vida para siempre.
Frank M. Williamson
Frank,
llamado familiarmente Frank por todo el mundo, afincado en el condado de Allesley,
Coventry, fue abandonado por su esposa Millie tras parir su segundo hijo. La
mujer, según consta en un diario íntimo de su prima Joanna Carrington, se había
convertido en amante de un hombre misterioso, según algunos, miembro de una
secta esotérica que rendía culto a Ofiris. Esta secta esperaba que Millie diera
a luz una mujer para poder ofrecerla en sacrificio, pero al no resultar esto
debió pagar ella misma con su vida, como después se supo, las ambiciones
sectarias.
Este
hecho trastornó la vida del pobre Frank, que desquitándose en sus hijos, se dio
a la bebida, volviéndose violento. Frank M. Williamson falleció al volcar su
carruaje en marzo de 1839.
Sus
dos hijos pequeños, de los que no hemos podido obtener registros fotográficos,
tomaron caminos divergentes: el mayor, Frankie, se fue con un grupo de actores
itinerantes, mientras que el menor, Joe, dedicó su miserable vida al
proxenetismo.
Joe
engendró dos vástagos de una de sus esclavas sexuales: William Alfred y Winston
Albert.
William
Alfred y Winston Albert dedicáronse al comercio avícola, enriqueciéndose de
manera apresurada, tanto que debieron pasar una temporada en la cárcel ante la
sospecha de enturbiar sus negocios. Al salir de tan incómodo recinto William
Alfred se convirtió en anglicano. Su hermano se convirtió en peluquero de
señoras en Francia.
William
Alfred casóse con Edith Marton, de quien nacieron tres niños y una niña:
William Joseph, Anthony Joseph, Shirley Camelia y Laurence Richard.
William
Joseph, tío paterno del obispo, vio truncada su felicidad familiar al comprobar
que su padre y su madre no se amaban como a él le parecía. Las palizas que su
alcohólico padre destinaba a su madre lo llevaron al desencanto, y de ahí, al
crimen organizado. Fue un delincuente conocido en el East Side londinense por
su irreductible persistencia en el delito, sin jamás retractarse ni
arrepentirse. La fotografía que ofrecemos a los lectores lo muestra (tercero
desde la izquierda) en una de sus tantas forzadas “visitas” a la central de
policía. Obsérvese la tranquilidad de su rostro, como si ya estuviese
acostumbrado a posar para tales fotógrafos. Sus compañeros de banda no aparecen
menos orgullosos.
Anthony
Joseph, el otro tío, por su parte, se fue a Alemania enamorado de una bella
germana. Allí se afincó como un alemán más, casándose con esa mujer, Doris
Durrenmatt, con quien tuvo un niño y una niña. El niño de Anthony, Rudolf A.,
concurrió a la escuela inicial donde se hizo amigo inseparable de un
compañerito llamado…Adolf Hitler. Varios años más tarde sus caminos volverían a
encontrarse, tras el putsch de Munich.
Shirley
Camelia se apagó en plena juventud debido a fiebre tifoidea.
William Joseph Williamson, un delincuente que no
se retractaba.
Anthony
cambió su apellido por Wilhelm. Se sospecha que la A. del segundo nombre de
Rudolf Wilhelm sería en realidad “Adolf”, debido a su profunda admiración por
el Führer, pero
lo cierto es que no se ha podido determinar con seguridad.
Anthony Joseph Williamson en su época de escolar,
antes de partir a Alemania. Es el tercero de la primera fila de pie.
Rudolf
A. Williamson sería una pieza clave del nazismo pues en repetidos viajes a la
isla contactaría con banqueros interesados en el financiamiento del aparato
bélico alemán. Asimismo se desempeñó como marchand, ofreciendo a diversas
galerías de arte los cuadros de su amigo de la infancia Hitler, fracasando en
este último empeño.
Adolf Hitler también participa, indirectamente, de
esta historia.
Laurence
Richard, el padre del obispo, fue un pastor anglicano del Hampshire, es decir,
de uno de esos presuntos sacerdotes que hablan, visten y celebran como los
sacerdotes católicos, pero cuya ordenación fue declarada inválida por el Papa
León XIII a fines del S. XIX. Según otras versiones, su padre habría sido un
protestante escocés, jefe de compras en los famosos almacenes Mark and Spencer,
que terminó su carrera frustrado por no haber obtenido el puesto que
ambicionaba, por causa, al parecer, de su ascendencia Goyim. Lo concreto es que
como pastor no destacó y ciertamente en la casa su figura fue opacada por la
presencia dominante de la madre.
Laurence R. en su juventud, con amigos del Old
Oswestrians School.
To be continued
To be continued