La Radio acostumbra hacer aspavientos con sus GRANDES
PLUMAS: coloca en el título el nombre de uno de ellos como si fuera el autor o responsable de
una fábula que luego vemos le pertenece a otro autor, un clásico de las letras,
y no a él, que lo único que ha hecho es seleccionarla y enviarla con tres
líneas introductorias.
Es la ENFERMEDAD propia de la Radio Cerianidad: la auto exaltación
o el “autobombo”.
He aquí una
fábula de Iriarte para el fabulista radial:
Nadie pretenda ser tenido por autor,
sólo con poner un ligero prólogo o algunas notas a libro ajeno
Yo
leí, no sé dónde, que, en la lengua herbolaria
saludando
al tomillo la hierba parietaria,
con
socarronería le dijo de esta suerte:
«Dios
te guarde, tomillo: lástima me da verte;
que
aunque más oloroso que todas estas plantas,
apenas
medio palmo del suelo te levantas».
Él
responde: «Querida, chico soy, pero crezco
sin
ayuda nadie. Yo sí te compadezco,
pues,
por más que presumas, ni medio palmo puedes
medrar,
si no te arrimas a una de esas paredes».
Cuando
veo yo algunos que de otros escritores
a
la sombra se arriman, y piensan ser autores
con
poner cuatro notas o hacer un prologuillo,
estoy
por aplicarles lo que dijo el tomillo.
Tomás
de Iriarte
Y
otra fabulita ad hoc de otro autor
sin fama ni nota:
EL CABALLO FABULISTA
Un
caballo corto de vista
pensó
usar a un fabulista
queriendo
dar un consejo
con
un prestado gracejo.
Lo
curioso es que el ciego animal
incapaz
de ver su propio mal
les
da el medicamento a los demás
cuando
es él quien debiéralo tomar.
Recuerda,
no te lo digo por tu mal,
caballo
eres y así seguirás,
deja
las letras y ve al oculista
así
tal vez recuperes la vista.
Braulio
Moyano Casas de la Fuente y Ribadeneyra Zambueza