Los mismos jugadores
de River terminaron
asumiendo su condición de gallinas (aunque aquí vemos un gallo).
En el año 1966 nacía el apodo de “Gallinas” que
caracteriza a River Plate. En el partido de desempate por la final de la Copa
Libertadores, disputado en el Estadio Nacional de Chile, River le ganaba 2 a 0
a Peñarol y el equipo uruguayo se lo dio vuelta ganando 4 a 2. Cuenta la
leyenda que Amadeo Carrizo, el arquero de River, canchereó bajando una pelota
de pecho mientras ganaba 2 a 0 y eso provocó la gran reacción uruguaya. Esta
derrota junto a los 11 subcampeonatos en 18 años (algunos de ellos increíbles)
que los acompañaron entre 1957 y 1975 construyeron el apodo del club de Nuñez.
Aquí la tapa de la Revista River donde le piden perdón a todo el pueblo
argentino. Luego se repetirían espectáculos bochornosos, como ir ganando 2 a 0
a San Lorenzo de Almagro de local y con dos jugadores más, por Copa
Libertadores, y que los de Boedo se lo empataran y los eliminaran. O el
descenso de categoría, largamente anunciado pero no evitado.