EL
padre Felipe sufrió muchas persecuciones
de parte de algunos que lo creían loco y fundador de una secta religiosa.
Rechazaban sus ideas sobre la confesión frecuente y la comunión diaria.
Antonio
Gallonio lo dice así: El padre sufrió varias persecuciones, cuando iba a
celebrar a la iglesia de San Jerónimo. Me dijo que aquellos sacerdotes le
hacían muchos problemas. Cuando quería celebrar misa, le escondían el misal o
el cáliz o una u otra cosa. Una vez, mientras le hacían estos problemas, oró
diciendo: “Señor, ¿qué es esto? Yo celebro todos los días para pedirte
paciencia y me vienen estas ocasiones para perturbarme”. Y escuchó una voz
interior: “Felipe, ¿me pides paciencia? Gánala por este camino que por ello te
vienen estos problemas”. Y continuando con grandísima paciencia… todo se arregló.
Para
celebrar misa le daban cálices abollados, los ornamentos viejos o misales con
hojas arrancadas. Lo que más le hizo sufrir fue la oposición del cardenal
Spoleti.
Marcello
Ferro declaró: El cardenal Spoleti le hizo muchos problemas, pues decía que
el Oratorio era una nueva secta, llena de ambición y soberbia. El cardenal lo
hizo llamar. El padre fue solo a ver al cardenal y me encontró en la plaza de
San Pedro y me dijo: “Reza a Dios por mí, porque el cardenal Spoleti me ha
mandado llamar y no quiere que vayamos a las siete iglesias, ni que se hagan
las reuniones del Oratorio, ni que confiese. Reza a Dios para que yo busque sólo el honor de Dios y la salvación de las almas”.
Fue a ver al cardenal y, según fue referido, el cardenal le
preguntó:
“¿Qué nuevo modo o nueva secta es ésta llena de ambición y
soberbia para llegar a ser grande y sin habernos hecho conocer a nosotros cosa
alguna?”. Les prohibimos como superior, bajo pena de desobediencia, que no
hagan el Oratorio, ni vayan a las iglesias, ni tampoco confesar. El padre
replicó al cardenal: “Yo le digo que ésta es obra de Dios y se ve el fruto
espiritual de muchos que cambian de vida, dejan sus pecados y se confiesan con
frecuencia. Yo soy hijo de obediencia. Usted me lo prohíbe y yo no lo haré,
pero le digo queésta es obra de Dios y no se debe impedir; y trate de cuidarse
de la ira de Dios”.
El cardenal entró en cólera, lo llamó ambicioso y lo
amenazó. Al momento fue donde el Papa Pablo IV y le refirió lo sucedido y que
le había prohibido.
Según
Simone Grazzini: Les prohibió a sus hijos espirituales que le acompañaran y,
para obedecer, ellos le seguían de lejos para que no pareciera que iban con él.
El
padre Domenico Giordani anota: El cardenal Spoleti le dio 15 días de tiempo
para no confesar ni hacer reuniones del Oratorio. El padre mandó hacer grandes
oraciones a todos sus hijos espirituales. Y Dios quiso consolarlo. Se presentó
un sacerdote desconocido. Yo lo vi celebrar misa, llevaba una cuerda en la
cintura. Era un hombre de barba negra, flaco y moreno. Este sacerdote le dijo
al padre Felipe que no dudase, que Dios lo quería consolar y quería que siguiese
con su Obra y que dentro de 15 días moriría el cardenal y sería liberado de sus
tribulaciones. Y así fue, el cardenal murió de muerte súbita y el sacerdote, que
predijo su muerte, no fue visto más.
También
había gente que hablaba contra las charlas que se daban en el Oratorio
comentando que se decían ligerezas y ejemplos de santos no bien fundados y
otras cosas que indicaban gran ignorancia o imprudencia. El papa envió a dos
teólogos dominicos, Maestro Paolini y Maestro Alessandro Franceschi para ver
separadamente lo que se decía. El padre Felipe, al llegar este último, le
preguntó: ¿Dígame que le ha dicho esta mañana el Papa? Y se lo contó
todo, admirándose de saber que iba de parte del Papa sin haberlo dicho a nadie.
Sus investigaciones fueron positivas y el Papa se alegró de tener en su tiempo
hombres tan llenos de espíritu.
Él
supo ganarse a todos sus enemigos con paciencia y humildad. Por eso, Marcelo
Ferro dice: He visto con mis ojos que aquellos que antes lo perseguían y calumniaban,
después se acercaban a pedirle perdón y él los abrazaba con alegría y fiesta
grande; y así quedaban sus amigos y lo tenían por santo.
P. Ángel Peña O.A.R., SAN FELIPE NERI EL SANTO DE LA ALEGRÍA.