“Vivamos la milicia del cristianismo con buen humor

de guerrillero, no con hosquedad de guarnición sitiada”.

Nicolás Gómez Dávila

“Estoy inaugurando en la Argentina la literatura anticlericalosa. En todos los países católicos existe y aquí es una vergüenza. Los eclesiásticos, como toda sociedad humana, tienen sus defectos, abusos y ridiculeces y si no existe un contraveneno, el córrigo-ridendo-mores, campan con todos sus respetos, como una murga cualquiera”.

Padre Leonardo Castellani


martes, 10 de noviembre de 2015

Un periodista en la cumbre




15 días después que Non Possumus, el sitio tradi-conservador más poderoso de la web llamado Adelante la fe (que a veces saca muy buenos artículos, cierto) publica la traducción de la nota del encuentro entre Michael Matt y Mons. Felé, Superior general de la Neo-FSSPX. La entrevista tuvo lugar en Menzingen, un lugar donde, según el conmocionado Matt, “Casi te parece que de un momento a otro va a llegar el joven emperador Carlos de Austria a medio galope seguido de cerca por un par de perros de caza”. ¡Impresionante!

Matt llegó en compañía de Jamie Bogle, presidente de Una Voce International, organización que congrega a los tradiliberales (esto dicho con todo respeto por la verdad) de todo el mundo, por lo que tuvo con quien comentar las sensaciones impactantes que lo iban invadiendo a medida que hacían cumbre. Las emociones se sucedieron una tras otra para la afortunada dupla, y así Matt cuenta que “Una vez dentro, la calidez de los presentes y el lugar tan acogedor hicieron que me encontrara sonriendo sin razón aparente como un niño en una tienda de caramelos. Se diría que el tiempo se ha detenido allí”. Maravilloso. ¿Pero acaso Matt y Bogle habían entrado como dos chiquillos a la fábrica de chocolates de Willy Wonka, y no se habían dado cuenta? ¿Es que hubo una tercera versión de la inolvidable historia de Roal Dahl? ¡Oh, quizás lo que dice Matt explique el cincuentismo de la Neo-FSSPX! “El tiempo se ha detenido allí”. Y Matt con su irracional sonrisa, estaba allí a la espera de una golosina o caramelo…

Había también allí –lógico, estaban en Suiza- “el tictac del viejo reloj de abuelo”. Aunque no sabemos para qué, si allí el tiempo se había detenido…También pesadas alfombras y muebles antiguos. Todo el preámbulo escenográfico fue preparando y disponiendo a Matt y Bogey para encontrarse con Willy Wonka un hombre que impacta por “su manifiesta humildad”: Mons. Felé. Tan alucinado se encontró Matt frente a su ídolo que llega a decir que “Si una mosca de la pared me dijera que ante mí está sentado un hombre de una santidad particular, no me sorprendería en modo alguno”. ¿Quizás sea una forma indirecta de relatar que había allí una mosca testigo de la entrevista? ¿Será que en el ambiente encantado de Menzingen hasta las moscas –los más insignificantes animales- respiran y transmiten piedad?




Así que tenemos sonrisas, reloj de abuelo, caramelos y moscas imaginarias, muebles antiguos, pesadas alfombras, un emperador con perros de caza: es sorprendente todo lo que uno puede encontrar al arribar a Menzingen. ¿Pero acaso no estaban las vaquitas lecheras de Catholic News Service? ¿O le parecieron algo muy ordinario a Matt como para describirlas? En fin, hay alucinógenos peores que el porro de marihuana, cualquiera lo sabe.  

Mientras tomaban el té (sin masas, parece, pues Matt no da más detalles), el periodista afirma que el obispo respondía sus preguntas “con una grata sinceridad”. Todo era grato y placentero allí: el paisaje, la recepción, el reloj del abuelo, la mosca, la sinceridad del entrevistado. Luego escribe el periodista esto que es sumamente interesante:


“Hablamos brevemente de muchos temas, y no creo que revele ningún secreto si digo que a Fellay (caramba, tanta confianza le tiene que olvidó llamarle Monseñor o Su Excelencia…) se lo ve tan perplejo con Francisco como el resto de nosotros, aunque señaló la paradoja de que el Papa sea menos contrario a la Fraternidad de lo que puedan observar adversarios y amigos de ésta. Como es un auténtico liberal, el Papa está evidentemente dispuesto a aceptar a cualquiera, aunque sea la FSSPX”.

Y cuando Matt le muestra su adhesión incondicional y le pregunta: “¿Qué podemos hacer para ayudarlo en su labor, Excelencia?”, Mons. Felé le da una respuesta inequívocamente acomodada al ecumenismo señalado en Francisco: “Ayúdenos a hacer comprender a la gente que no somos cismáticos, me respondió”. ¡Ay! ¿No había sido ese el motivo para pedir el “levantamiento de las excomuniones” hace seis años atrás? Se ve que no dio mucho resultado que digamos aquella medida, ¿y entonces ahora Michael Matt será el propulsor de la “desestigmatización” de la FSSPX? Matt dice que palpaba la sinceridad de estas palabras de Mons. Felé (¿quizás ayudado por una mosca que le susurraba al oído: “las palabras de este hombre son de una sinceridad palpable”?), e incluso se hizo acreedor a una nueva súplica de Mons. Felé –esta vez sin las rosas que acompañaron a su súplica a Francisco-: “Y prosiguió casi con tono de súplica: somos parte de la Iglesia. En ella nos sentimos seguros. Es nuestra casa. No la dejaremos. No podemos dejarla nunca”. Vaya uno a saber lo que quiso decir Mons. Felé con dichas palabras, acaso demostrar que no estaría dispuesto a recibir una “excomunión” por parte de los modernistas, luego de “levantada” la anterior sanción, que por lo visto lo hizo sufrir mucho mucho, pues no quiere ser llamado cismático por los cismáticos modernistas. En fin, lo cierto es que hechizado por el obispo, Matt escribe a continuación en su panegírico: “Es evidente que quienes reniegan de monseñor Fellay nunca han tenido el placer de conocerlo”. ¡Caramba! ¿Ahora nos venimos a enterar que hay dos Mons. Felé, uno verdadero –al que nunca tuvimos el placer de conocer- y el falso –al que conocimos-, un liberal acuerdista que ejerce tiránicamente el poder, se rodea de sionistas y contrata empresas para dar una imagen comercial positiva a su congregación? ¡Oh, queremos conocer al verdadero! ¡Gracias Matt por revelarnos la verdad!

Ya enajenado por el ambiente dulce y santificante que rodea a Mons. Felé, Matt da vueltas con unas cuantas cuestiones, aparece por momentos optimista y por momentos no, se hace preguntas que no contesta. Incluso llega a decir algo que sin darse cuenta –oh las contradicciones de este hombre- cuestionan indirectamente a su amado obispo suizo: “¿Es mejor la situación de la Iglesia hoy que en 1988? Si lo es, Lefebvre mismo le aconsejaría a Fellay que fuera a Roma.  Y si no lo es, ¿cómo va a ir Fellay a Roma sin causar afrenta al santo arzobispo? Este es el dilema que debe de quitarle el sueño, y por eso debemos rezar por él todos los días, tanto los que están en la Fraternidad como los que no formamos parte de ella.” ¿Pero qué ha estado haciendo Mons. Felé y sus cómplices, lo mismo el GREC, durante los últimos años, sino ir a Roma y decir que hay que ir a Roma y afirmar la necesidad de la “estampilla” y expulsar y hacer callar a los que rechazar acordar con Roma?  Es decir que de acuerdo con lo que dice Matt, ahí sí en buena lógica porque la situación de hoy es mucho peor que en 1988, “Mons. Felé afrenta a Mons. Lefebvre”. Sin embargo Matt, embelesado como está con Mons. Felé (al igual que muchos lo están con Francisco), llega a la conclusión de que debe convertirse en un periodista militante a disposición de San Bernardo Fellay: “Salí de Menzingen convencido de que  tenía que hacer todo lo que estuviera a mi alcance para ayudar a la gente a entender que Fellay, claramente un santo, se encuentra en buena medida solo ante una decisión monumental: una decisión que, de una forma u otra, cambiará la historia. Incluso Michael  Davies acostumbraba decir que, aunque la FSSPX no incurrió en cisma en 1988, es verdad que su irregular y poco clara situación canónica no podría continuar por tiempo indefinido para que no empezara a formarse una mentalidad cismática en las siguientes generaciones.” Bueno, en realidad lo único que se comprometió a hacer Matt es que la gente comprenda que Mons. Felé puede cambiar la historia con su decisión. Y eso es todo. Pero como es un santo –si a Ud. no se lo dice ninguna mosca, no importa, se lo dice Matt- hay que aceptar su decisión y seguirlo a donde vaya. Porque seguramente allí donde él esté, habrá sonrisas de niño que espera un caramelo, relojes de abuelo, muebles antiguos, té y simpatía.



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