15
días después que Non Possumus, el sitio
tradi-conservador más poderoso de la web llamado Adelante la fe
(que a veces saca muy buenos artículos, cierto) publica la traducción de la nota
del encuentro entre Michael Matt y Mons. Felé, Superior general de la
Neo-FSSPX. La entrevista tuvo lugar en Menzingen, un lugar donde, según el conmocionado
Matt, “Casi te parece que de un momento a
otro va a llegar el joven emperador Carlos de Austria a medio galope seguido de
cerca por un par de perros de caza”. ¡Impresionante!
Matt
llegó en compañía de Jamie Bogle, presidente de Una Voce International, organización que congrega a los
tradiliberales (esto dicho con todo respeto por la verdad) de todo el mundo,
por lo que tuvo con quien comentar las sensaciones impactantes que lo iban
invadiendo a medida que hacían cumbre. Las emociones se sucedieron una tras
otra para la afortunada dupla, y así Matt cuenta que “Una vez dentro, la calidez de los presentes y el lugar tan acogedor
hicieron que me encontrara sonriendo sin razón aparente como un niño en una
tienda de caramelos. Se diría que el tiempo se ha detenido allí”. Maravilloso.
¿Pero acaso Matt y Bogle habían entrado como dos chiquillos a la fábrica de
chocolates de Willy Wonka, y no se habían dado cuenta? ¿Es que hubo una tercera
versión de la inolvidable historia de Roal Dahl? ¡Oh, quizás lo que dice Matt
explique el cincuentismo de la Neo-FSSPX! “El
tiempo se ha detenido allí”. Y Matt con su irracional sonrisa, estaba allí
a la espera de una golosina o caramelo…
Había
también allí –lógico, estaban en Suiza- “el
tictac del viejo reloj de abuelo”. Aunque no sabemos para qué, si allí el
tiempo se había detenido…También pesadas alfombras y muebles antiguos. Todo el preámbulo escenográfico fue preparando y disponiendo a Matt
y Bogey para encontrarse con Willy Wonka un hombre que impacta por “su manifiesta humildad”: Mons. Felé. Tan
alucinado se encontró Matt frente a su ídolo que llega a decir que “Si una mosca de la pared me dijera que ante
mí está sentado un hombre de una santidad particular, no me sorprendería en
modo alguno”. ¿Quizás sea una forma indirecta de relatar que había allí una
mosca testigo de la entrevista? ¿Será que en el ambiente encantado de Menzingen
hasta las moscas –los más insignificantes animales- respiran y transmiten
piedad?
Así
que tenemos sonrisas, reloj de abuelo, caramelos y moscas imaginarias, muebles
antiguos, pesadas alfombras, un emperador con perros de caza: es sorprendente
todo lo que uno puede encontrar al arribar a Menzingen. ¿Pero acaso no estaban
las vaquitas lecheras de Catholic News
Service? ¿O le parecieron algo muy ordinario a Matt como para describirlas?
En fin, hay alucinógenos peores que el porro de marihuana, cualquiera lo sabe.
Mientras
tomaban el té (sin masas, parece, pues Matt no da más detalles), el periodista
afirma que el obispo respondía sus preguntas “con una grata sinceridad”. Todo era grato y placentero allí: el
paisaje, la recepción, el reloj del abuelo, la mosca, la sinceridad del
entrevistado. Luego escribe el periodista esto que es sumamente interesante:
“Hablamos brevemente de muchos temas, y
no creo que revele ningún secreto si digo que a Fellay (caramba, tanta confianza le tiene que
olvidó llamarle Monseñor o Su Excelencia…)
se lo ve tan perplejo con Francisco como el resto de nosotros, aunque señaló la paradoja de que el Papa sea menos
contrario a la Fraternidad de lo que puedan observar adversarios y amigos de
ésta. Como es un auténtico liberal, el Papa está evidentemente dispuesto a
aceptar a cualquiera, aunque sea la FSSPX”.
Y
cuando Matt le muestra su adhesión incondicional y le pregunta: “¿Qué podemos hacer para ayudarlo en su
labor, Excelencia?”, Mons. Felé le da una respuesta inequívocamente
acomodada al ecumenismo señalado en Francisco: “Ayúdenos a hacer comprender a la gente que no somos cismáticos,
me respondió”. ¡Ay! ¿No había sido ese el motivo para pedir el
“levantamiento de las excomuniones” hace seis años atrás? Se ve que no dio
mucho resultado que digamos aquella medida, ¿y entonces ahora Michael Matt será
el propulsor de la “desestigmatización” de la FSSPX? Matt dice que palpaba la sinceridad de estas palabras de Mons.
Felé (¿quizás ayudado por una mosca que le susurraba al oído: “las palabras de
este hombre son de una sinceridad palpable”?), e incluso se hizo acreedor a una
nueva súplica de Mons. Felé –esta vez sin las rosas que acompañaron a su
súplica a Francisco-: “Y prosiguió casi
con tono de súplica: somos parte de la Iglesia. En ella nos sentimos
seguros. Es nuestra casa. No la dejaremos. No podemos dejarla nunca”. Vaya
uno a saber lo que quiso decir Mons. Felé con dichas palabras, acaso demostrar
que no estaría dispuesto a recibir una “excomunión” por parte de los
modernistas, luego de “levantada” la anterior sanción, que por lo visto lo hizo
sufrir mucho mucho, pues no quiere ser llamado cismático por los cismáticos
modernistas. En fin, lo cierto es que hechizado por el obispo, Matt escribe a
continuación en su panegírico: “Es
evidente que quienes reniegan de monseñor Fellay nunca han tenido el placer de
conocerlo”. ¡Caramba! ¿Ahora nos venimos a enterar que hay dos Mons. Felé,
uno verdadero –al que nunca tuvimos el placer de conocer- y el falso –al que
conocimos-, un liberal acuerdista que ejerce tiránicamente el poder, se rodea
de sionistas y contrata empresas para dar una imagen comercial positiva a su
congregación? ¡Oh, queremos conocer al verdadero! ¡Gracias Matt por revelarnos
la verdad!
Ya
enajenado por el ambiente dulce y santificante que rodea a Mons. Felé, Matt da
vueltas con unas cuantas cuestiones, aparece por momentos optimista y por
momentos no, se hace preguntas que no contesta. Incluso llega a decir algo que
sin darse cuenta –oh las contradicciones de este hombre- cuestionan
indirectamente a su amado obispo suizo: “¿Es
mejor la situación de la Iglesia hoy que en 1988? Si lo es, Lefebvre mismo le
aconsejaría a Fellay que fuera a Roma. Y si no lo es, ¿cómo va a ir
Fellay a Roma sin causar afrenta al santo arzobispo? Este es el dilema que debe
de quitarle el sueño, y por eso debemos rezar por él todos los días, tanto los
que están en la Fraternidad como los que no formamos parte de ella.” ¿Pero
qué ha estado haciendo Mons. Felé y sus cómplices, lo mismo el GREC, durante
los últimos años, sino ir a Roma y decir que hay que ir a Roma y afirmar la
necesidad de la “estampilla” y expulsar y hacer callar a los que rechazar acordar
con Roma? Es decir que de acuerdo con lo
que dice Matt, ahí sí en buena lógica porque la situación de hoy es mucho peor
que en 1988, “Mons. Felé afrenta a Mons. Lefebvre”. Sin embargo Matt,
embelesado como está con Mons. Felé (al igual que muchos lo están con
Francisco), llega a la conclusión de que debe convertirse en un periodista
militante a disposición de San Bernardo Fellay: “Salí de Menzingen convencido de que tenía que hacer todo lo que
estuviera a mi alcance para ayudar a la gente a entender que Fellay, claramente
un santo, se encuentra en buena medida solo ante una decisión monumental: una
decisión que, de una forma u otra, cambiará la historia. Incluso Michael
Davies acostumbraba decir que, aunque la FSSPX no incurrió en cisma en 1988, es
verdad que su irregular y poco clara situación canónica no podría continuar por
tiempo indefinido para que no empezara a formarse una mentalidad cismática en
las siguientes generaciones.” Bueno, en realidad lo único que se
comprometió a hacer Matt es que la gente comprenda que Mons. Felé puede cambiar
la historia con su decisión. Y eso es todo. Pero como es un santo –si a Ud. no
se lo dice ninguna mosca, no importa, se lo dice Matt- hay que aceptar su
decisión y seguirlo a donde vaya. Porque seguramente allí donde él esté, habrá
sonrisas de niño que espera un caramelo, relojes de abuelo, muebles antiguos, té y simpatía.